El titular de la cartera de Cultura se hizo presente en el edificio de Lima y Moreno, donde trabajadores del cine fueron agredidos por la Policía de la Ciudad. ¿Continuará Luis Puenzo al frente del INCAA?
El ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, se hizo presente este lunes en la sede del INCAA, donde trabajadores del cine fueron agredidos por la Policía de la Ciudad cuando protestaban contra el titular del organismo, Luis Puenzo, y exigió el cese de la represión y la liberación de los detenidos.
«Lo primero es parar la represión y liberar a los detenidos. En este momento empezamos a trabajar en esto, ya hablé por teléfono con Enrique Avogadro (ministro de Cultura porteño)», dijo el titular de Cultura en la puerta del Incaa, donde la fuerza porteña avanzó contra los manifestantes.
El funcionario llegó a la intersección de Lima y Moreno, en inmediaciones de la avenida 9 de Julio, cerca de las 17:30. Allí fue recibido en un clima caótico y algunos de los presentes le propinaron insultos.
A su arribo, Bauer sufrió un traspié cuando chocó contra uno de los periodistas que intentaban abordarlo. Ambos cayeron al suelo, pero no sufrieron heridas.
Los pedidos del sector audiovisual
El principal descontento con la gestión del cineasta es con la no modificación del Plan de Fomento, «impuesto en el gobierno de (Mauricio) Macri que concentra la producción cinematográfica en las productoras más grandes radicadas en AMBA, no llevó adelante políticas que impulsen la producción de cine en las Provincias», asegura el Colectivo de Cineastas a través de una carta abierta que envió al ministro de Cultura, Tristán Bauer.
«El cine está atravesando un momento realmente crítico y preocupante, por un lado en diciembre de este año caducan los impuestos asignados a Cultura y esto impacta directamente en el cine, el teatro y la música», explica la productora Paula Orlando, miembro del Colectivo, en comunicación con Télam.
«Si solo dejamos a grandes plataformas producir contenidos, estamos hablando de la pérdida de miradas, de la pérdida de identidad, de la pérdida de soberanía cultural -y agrega- por otro lado nos enteramos de un decreto impulsado por la actual gestión del Incaa propone limitar los subsidios que recibe el cine volviéndolo más excluyente».
La carta de la entidad también enumera otras razones por las cuales cuestionan el funcionamiento del Incaa: «No estableció ninguna medida tendiente a revertir las enormes desigualdades de género a la hora de dirigir u ocupar roles centrales en los equipos técnicos, no se puso a la cabeza ni acompañó el reclamo del sector por la inminencia de la caducidad que implica el desfinanciamiento del área que conduce y se limitó a pedir en una reunión que crucemos los dedos para que salga el proyecto de ley del diputado Pablo Carro», en referencia a la iniciativa del legislador para extender el fondo de fomento más allá del 2022.
Además agregan que se desfinanciaron los festivales nacionales, no se impulsó la red de Espacios Incaa y tampoco se puso en marcha la Cinemateca y Archivo de la Imagen Nacional (Cineain), entre otros reclamos.
Por su parte, el director Fernando Krichmar, integrante de Documentalistas Argentinos (DOCA), cuenta: «movilizamos al INCAA exigiendo la renuncia de Puenzo porque creemos que ya pasó un tiempo prudencial y ha demostrado realmente una gran insensibilidad hacia el cine independiente».
El documentalista explica que Puenzo, «no nos convoca al Consejo Asesor que es su obligación y ha presentado un proyecto de Plan de Fomento que ahonda la crisis en la que nos metió el macrismo, que tiene que ver con fortalecer el cine como un negocio y entretenimiento y prácticamente eliminarlo como parte de un proyecto cultural».
En ese sentido Krichmar señala: «creemos que el estado debe garantizar la producción, la distribución y la conservación de un cine que aporte capital cultural, diversidad de miradas y que tenga una producción que no esté ligada a los intereses de las grandes empresas nacionales y extranjeras».
En su comunicado, el Doca agrega otros cuestionamientos a las políticas llevadas adelante por el Incaa, como la «falta de llamado a concursos y convocatorias para operas primas», la ausencia de «políticas de fomento federales, de ficción y animación» y el incumplimiento «de la cuota de pantalla».