Por Maximiliano Borches. Símbolo de lucha y resistencia contra asesinos, verdugos y vendepatria desde la última dictadura cívico-militar al presente, Hebe María Pastor de Bonafini, finalizó su existencia material nada más y nada menos que en el Día de la Soberanía Nacional. Políticamente incorrecta, su lucha tuvo siempre un horizonte claro: la felicidad del pueblo y grandeza de la nación. Seguro algún hijo/hija de puta cegado por odios propios, o adoptado de los grandes medios de comunicación, y el aquelarre propagandístico que hace odiar al explotado y amar al explotador, estará festejando.
A la edad de 93 años, y tras padecer varias dolencias, en la mañana del 20 de noviembre, Día de la Soberanía Nacional, falleció Hebe de Bonafini, Madre de Plaza de Mayo y una de las mujeres más inmensas de la Argentina y el mundo.
Con el fallecimiento de Hebe, termina una era, y será nuestra responsabilidad mantener en alto las banderas de la solidaridad y lucha por una Argentina mejor.
Quienes decidimos consagrar nuestras vidas a la lucha por una patria libre, justa y soberana, y a la Memoria, Verdad y Justicia, despedimos a una compañera, e incansable luchadora por la felicidad del pueblo y la grandeza de la nación.
Queridísima Hebe, Madre de Plaza de Mayo, símbolo mundial de la lucha por los Derechos Humanos, orgullo de la Argentina. Dios te llamó el día de la Soberanía Nacional… no debe ser casualidad. Simplemente gracias y hasta siempre. pic.twitter.com/TVUfmywmAi
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) November 20, 2022