Tras el crimen del chofer de la línea 620 y la violenta emboscada contra el ministro de Seguridad, Sergio Berni, el PRO apunta sacar rédito político y sale a la caza del “voto bronca”, luego de que la administración Vidal impusiera una baja de 20 puntos en salarios de policías bonaerenses.
El crimen del chofer de la línea 620 se convirtió por estas horas en la punta del iceberg que representa hoy la inseguridad para el Conurbano bonaerense. Y el –al menos llamativo- ataque al ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, en la exposición de la violencia de una sociedad que clama por una resolución a una problemática de muchos años de arrastre.
El Ejecutivo bonaerense acusó el golpe. Y obligó a que el gobernador Axel Kicillof convierta en privado un acto público de importancia como Municipios a la Obra. Desde la Provincia entienden que no es tiempo de hacer declaraciones en el aire.
Lo cierto es que, sin dudas, el asesinato del chofer y la posterior embestida a Berni, y sus consecuentes declaraciones, removieron el avispero político de la Provincia. En diálogo con Ámbito, el diputado nacional y referente PRO de La Matanza, Alejandro Finocchiaro, aseguró que “esto tiene un común denominador con Rosario y otras partes de la Argentina: el estado ausente. Lugares donde no se cumplen las leyes. Cuando se camina por el Conurbano, el vecino puede señalar el bunker de droga del barrio y el nombre y apellido del capo. El delito no tiene pudor y ni siquiera se esconde”. Y cargó contra Berni: “Le aconsejaría que deje de lado los golpes de efecto. La gente ya descubrió la maniobra y es parte de lo que genera esta desesperación. La de saber que están solos, a la intemperie, regalados al delito mientras los responsables de la gestión juegan miserablemente a tirar la responsabilidad de este desastre a otro lado”.
Golpe directo
Más allá de los hechos, la lectura interna que se hace en el gobierno tiene que ver con la búsqueda de un rédito político que realiza la oposición en torno a este tema como a otros y puntualizan “el fogoneo del Conurbano como el segundo Rosario”, le dice a este medio una fuente provincial. Y rememoran lo ocurrido en Ramos Mejía en 2021, cuando en la previa de la elección general de noviembre, la oposición intentó dirigir los últimos días de campaña en torno del asesinato del kioskero Roberto Sabo.
“Se sigue encendiendo la mecha de los discursos del odio y nos vamos encontrando con hechos que ni siquiera podíamos imaginar. Se trascienden límites porque un sector de la política lo permite y lo alienta. Y lo peor es que ya no necesitan esconderlo”, sostiene un diputado bonaerense en diálogo con Ámbito.
La oposición viene caminando los distritos con la doble “I” como principal atrapa votos: Inflación e Inseguridad. Incluso desde el sector del diputado Javier Milei en la provincia pidieron para que Gendarmería reprima el delito en La Matanza. Algo en línea con lo declarado por el propio Berni, quien aseguró que “el Gobierno nacional tiene que reaccionar, necesitamos seis mil gendarmes de manera imperiosa. De manera incomprensible llegamos a esta situación, nos agotamos de enviar emisarios para pedirlos y no obtuvimos la respuesta que esperamos”.
Claro, esto expone también la propia interna del Frente de Todos ya que el ministro de Seguridad nacional, Aníbal Fernández, negó el pedido.
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