Por Maximiliano Borches. “Si se decide que haya PASO, que nos anoten y también ahí vamos a estar”, afirmó el ministro de Economía -¿y precandidato a Presidente?– Sergio Massa, ante unos 15 mil militantes del Frente Renovador. A poco más de diez días del cierre de presentación de candidaturas, comienza a definirse el futuro de la fórmula oficialista, que continúa siendo competitiva de cara a las elecciones generales, a pesar de atravesar el momento más complicado de su gestión.
Horas antes del discurso de Massa, el precandidato a Presidente Daniel Scioli, dijo durante una entrevista que brindó a Radio Rivadavia, que: “La unidad tiene que ser el resultado de lo que la gente elija”, También subrayó que “el pueblo peronista quiere una PASO, porque entiende que esa es la manera de contener a todas las expresiones del peronismo y resolver sus diferencias”.
A pesar de los fuegos de artificio del cristinismo (principal aliado hoy del massismo), quienes pretenden que el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, se convierta en precandidato presidencial, tras la autoexclusiòn de Cristina Fernandez de Kirchner, lo cierto es que todo indica hoy por hoy, y luego del discurso que brindó el sábado último Sergio Massa en Tortuguitas, que las PASO se definirán entre èl y el actual embajador en Brasil, dos veces gobernador bonaerense y exvicepresidente de Nèstor Kirchner, Daniel Scioli.
Si se quiere, el dato político más relevante que finalizado el discurso de Massa en el estadio Arenas, es que cedió a la cada vez màs clara posibilidad de que haya PASO, condicion que venía negando junto a su espacio político, hasta la semana pasada, antes de reunirse con el presidente Alberto Fernandez.
La elección del candidato presidencial a travès del voto de los militantes y simpatizantes del peronismo y sus aliados, sin duda fortalecerá su competencia electoral, pero desde luego, deberá cumplirse una de las máximas de la política: “el que gana conduce y el que pierde acompaña”, sino se le abrirá el camino de manera inexorable a los enemigos del pueblo, que ya ni siquiera encubren en sus discursos que proyectan un fuerte ajuste, que sin lugar a dudas, vendrá de la mano de un nivel de represión hasta ahora desconocida en cuarenta años de recuperada para siempre nuestra democracia.