Se trata del diputado nacional electo Ricardo Bussi, hijo del genocida Antonio Bussi, de “La Libertad Avanza” de Tucumán, quien durante una entrevista radial aseguró que de llegar a la presidencia, impondrán un fuerte ajuste y por “eso traerá problemas en las calles”, por lo tanto consideró que las Fuerzas Armadas deberían usarse contra la protesta social. También negó que durante la última dictadura haya existido un plan sistemático de desaparición forzada -pese a lo que determina la Justicia- y aseguró que entre 1976 y 1983 hubo una “guerra”.
“Estoy seguro de que va a haber problemas, cualquiera sea el que gane. Estoy seguro de que el año que viene va a haber problemas porque la cuestión hoy pasa por el ajuste. Si no tenemos ajuste, no podemos ni empezar. El país gasta más de lo que necesita y estamos rascando la olla, no hay otro camino. No tenemos crédito externo ni interno. La fiesta ha sido muy cara y en su momento va a haber que pagarla”, diagnosticó el referente tucumano.
Entonces, ahondó en cómo debería resolverse esa conflictividad en las calles, que puede derivar de un plan de recorte del gasto público. “El Estado tiene el monopolio de la fuerza y tiene que actuar en beneficio de la comunidad, claro que sí [tiene que estar la represión]”, marcó Bussi, en Radio Delta, y fue ahí cuando acotó: “Espero que con esto no empiecen a titular que estoy por la represión… Sino que el Estado tiene la Policía, es el que maneja las Fuerzas de Seguridad, las Fuerzas Armadas. Tendrá que usar esas herramientas para ir por el orden porque necesitamos justamente eso, orden. Los porteños lo sufren inmensamente”. Según la ley, en la Argentina las Fuerzas Armadas están encomendadas a contribuir a la defensa nacional, pero no a la seguridad interior.
Bussi deslizó también que hay una carga negativa sobre la palabra “represión” y sostuvo que está en el diccionario y es aplicable al Estado. “El Estado tiene que prevenir y reprimir, si no, ¿para qué está el Estado?”, indicó, a la vez que planteó que la nueva gestión debe actuar “rápido”, durante los primeros meses, para recortar los gastos “superfluos e innecesarios”. Sobre eso ahondó: “No implica dejar gente en la calle, sino administrar con mucha responsabilidad”.
Siempre con esas premisas, consideró que “va a ser difícil para todos” el nuevo período que se avecina en la Argentina después del 10 de diciembre, con el cambio de gobierno. “Algún día hay que pagar la fiesta y creo que este es el momento, lamentablemente. No tendría que haber sido la fiesta. Es absolutamente necesario recortar el gasto público a fin de que podamos bajar los impuestos y ser merecedores de inversiones privadas que multipliquen la oferta de trabajo. Es fundamental”, dijo.
Entre elogios a la figura de la candidata a vice libertaria, Victoria Villarruel, Bussi contó que su padre, el dictador Antonio Bussi, murió preso y se quejó porque “a la otra parte del problema” -en referencia a las organizaciones guerrilleras- no se las juzgó.
“Los que iniciaron este proceso tan violento que derramó mucha sangre en la década del 70… Se ha revisado con mucha parcialidad, no se ha hecho la lectura integral de la cuestión”, se quejó y siguió: “Hubo excesos del Estado y son condenables. En las guerras siempre hay excesos. Lo hay que evitar es la guerra; una vez que se desata, los excesos son imparables, ocurren siempre”. Entonces, planteó que en esa época “de ninguna manera” hubo un plan para torturar y desaparecer personas.
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