Fue en Corrientes, donde el presidente Javier Milei ralizó un viaje personal, en medio del feroz ajuste y tras conocerse que la pobreza trpó al 57,6% a medidados de enero (para marzo se espera que supere el 60% de la población argentina), donde partició de un aniversario del denominado «Fundación Club de la Libertad», un pequeño grupo de seguidores «anarco-capitalistas», del dueño de Conan.
El lunes último, el presidente, Javier Milei, pisó suelo correntino. Pero no vino a una actividad de corte gubernamental. El Primer Mandatario llegó a suelo del Taragüí para una exposición, que se transformó en una charla – en el marco del 10º Congreso del Club de la Libertad. La fundación es muy cara a los sentimientos del titular de la Casa Rosada. Es que durante años fue invitado y participó de innumerables disertaciones llevadas adelante por los libertarios correntinos cuando aún era un desconocido economista, conferencias en las que muchas veces había muy pocos oyentes pero que sirvieron para una batalla cultural que luego se volvió política y que lo sentó en el sillón de Rivadavia.
Milei llegó en uno de los aviones Tango de la Presidencia al aeropuerto correntino. Lo recibió el gobernador, Gustavo Valdés, y el Intendente de Capital, Eduardo Tassano, quien le entregó la Resolución en la que se lo declaró «Huésped de Honor». De allí fueron al salón Espacio Andes por la avenida Maipú al sur, a una decena de cuadras de la terminal correntina.
Alberto Medina Méndez, presidente del Club de la Libertad, dio pie a una charla en la que Milei se sintió a sus anchas, a punto tal que en varias oportunidades personal del gabinete presidencial pidió que el interlocutor cerrara la exposición, pero fue el propio Mandatario nacional quien los contradijo y continuó con el diálogo.
«Soy anarcocapitalista pero no soy boludo, no como vidrio. El anarcocapitalismo en nuestro ideal, pero está tan lejos ese ideal», comentó en parte de la charla en la que fustigó con dureza a los políticos, en particular a un viejo referente suyo, Ricardo López Murphy, de quien dijo que es un «traidor a las ideas liberales» y «empleado de (Horacio) Rodríguez Larreta».
«El Congreso es un nido de ratas». «Los políticos no entienden lo que hago porque partimos de premisas distintas. Ellos parten de un supuesto en el que creen que la gente los ama. Yo parto del supuesto de que son una mierda y la gente los desprecia». «El único que tuvo las pelotas para hacer el ajuste fui yo». «Los políticos no son ángeles, son soretes». Milei en modo Milei, pero recargado.
La primera parte de su exposición estuvo relacionada a su ingreso a la política. «Siempre dije que no hay nada más cobarde que tirar piedras desde afuera. Les puedo asegurar que meterse en este barro no es gratis. Recibí todo tipo de injurias, calumnias, han dicho casas aberrantes de mí, de mi hermana, de mi familia, el sistema se defiende. Pero la pelea se da desde adentro. Los partidos los ganan los jugadores. La hinchada es maravillosa, pero yo pongo la pelota en la mitad de la cancha y por más que los hinchas griten, no se mueve».
«La batalla cultural sola es insuficiente»
Ese fue el momento en que se dio cuenta de la necesidad del ingreso al mundo que detesta: la política. «Es que la batalla cultural es importante pero no es suficiente», dijo.
«En las elecciones PASO en las que (Mauricio) Macri perdió lejos con (Alberto Fernández) vi en (el canal de noticias) Crónica a uno que se dice economista pero no lo es, ya que pedía que se censure a los liberales, decía que no había que darnos más espacio en los medios de comunicación porque contaminábamos a la gente. Y ese personaje estaba muy cerca de Leandro Santoro, quien fue el que luego pidió que me censuraran», recordó.
Y contó que el click se dio cuando cenaban en un restaurant con su hermana, Karina (a la que apoda «El Jefe»). «Un hombre se acercó y nos puso unas boletas en la mesa y me preguntó ¿en estas listas dónde están las ideas de Milei? Allí nos dimos cuenta que si no se disputa el poder real, no pasa nada».
Su acceso a Diputados
Milei entonces comentó cómo fue su proceso que lo depositó en la Cámara de Diputados de la Nación por la Ciudad de Buenos Aires. «Primero me decían que era muy simpático en la TV pero que no tendría votos», recordó.
Un hecho le quedó grabado en su memoria. En la charla señaló que al acceder a la Cámara Baja nacional, un periodista le dijo que solo eran dos legisladores de 257, «que éramos la insignificancia misma. Le contesté con la cita bíblica de Macabeos que decía que en una batalla, la victoria no depende del número de los soldados, sino de la fuerzas del cielo».
La ocasión dio pie para que narre cómo fue el primer sorteo de su dieta como diputado. «Fue una idea de El Jefe. Lo sorteamos en Mar del Plata. Se inscribieron más de un millón de personas y muchísimos fueron a presenciar. Lo que hicimos salió en la tapa de unos 30 diarios del mundo. Fue la publicidad más barata que se podía conseguir», bromeó.
La dura (auto) crítica a los políticos
Sobre López Murphy, con quien en el pasado supo prologarse libros de sus autorías, dijo que «es traidor de las ideas liberales. El que traiciona una vez traiciona siempre. Para ellos no hay tabula rasa. No le crean nada. Es empleado de Rodríguez Larreta y trata de dinamitar mi plan económico. Es el autor de la famosa frase de que Milei es uno solo, un fenómeno barrial».
Y luego cargó duro contra los políticos
«Muchos no entienden por qué hago algunas cosas, por ejemplo cuando decido discutir con una artista popular. Ustedes se imaginan que yo me ponga a hablar de (Antonio) Gramsci y de cómo interactúa la educación, los medios de comunicación y la cultura. Es un bodrio. Nadie me va a dar ni cinco de pelota. Pero es diferente si en una discusión de esas características te traigo a la mesa todos los excesos que cometen gobernadores e intendentes con los recursos usurpados del sector privado, que pagan a artistas para vender pescado podrido; es decir, no solo roban sino que con ese dinero le lavan el cerebro».
El final de su exposición lo destinó a analizar el rol Congreso (y los políticos) respecto al Decreto de Necesidad y Urgencia y la caída del malogrado proyecto de «Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina»
«El Congreso es un nido de ratas», graficó. «Los políticos no ven y no entienden lo que hago es que partimos de premisas distintas. Ellos parten de un supuesto en el que creen que la gente los ama. Yo parto del supuesto de que son una mierda y la gente los desprecia. Los políticos no son ángeles, son soretes. Pero con su accionar quedaron en evidencia ante la sociedad», aseveró.
Y concluyó con su apreciación sobre las duras medidas económicas implementadas: «Los políticos son unos resentidos y envidiosos. Dicen que para llegar a las metas a través de este ajuste lo hace cualquiera, pero el único que tuvo las pelotas para hacerlo fui yo».
#Milei en la Fundación Club de la Libertad en Corrientes trató de "nido de ratas al Congreso de la Nación" y a los políticos "de una mierda que la gente los desprecia". pic.twitter.com/9IDhKJrZ6A
— Radio Q (@radioqtucuman) February 20, 2024