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En retirada, apuran cerrar acuerdos de “libre comercio” con Europa y EEUU para flexibilizar condiciones de trabajo

Por Maximiliano Borches. El gobierno de coalición PRO-UCR-ARI en Cambiemos, llegó a la Casa Rosada a través de artilugios de marketing y una buena cantidad de mentiras desparramadas durante su campaña en 2015, con un mandato: dar por finalizadas las conquistas sociales y laborales que comenzaron a lograrse desde 1943, para retrotraer las condiciones de producción y laborales al esquema perimido del modelo agro-exportador que caracterizó a la «Década Infame» en los años ´30. En este sentido, y a pocos meses de abandonar el gobierno, el empresario-presidente Mauricio Macri, decidió dar sus -quizás- últimos pasos firmes en ese sentido, al intentar apurar acuerdos de «libre comercio» con la Unión Europea y EEUU. El primero, un bloque económico conformado por 28 países, y el segundo, la superpotencia global, que se caracterizan por el proteccionismo de sus mercados; todo lo contrario al planteo neoliberal criollo. Macri apuesta todo a cumplir con el mandato otorgado por la Casa Blanca y los grupos de la especulación financiera internacional, para cambiar una Argentina soberana por una neocolonia agro-exportadora con condiciones laborales deplorables. El pueblo argentino decidirá con su voto si vuelve a aceptar este modelo, u opta por un esquema de crecimiento con inclusión social, como el planteado por el Frente de Todos. 

El fin del mandato del gobierno de coalición PRO-UCR-ARI-Pichetto en Cambiemos, si es que efectivamente sucede a fines de este año, sin dudas será analizado por los cientistas políticos del futuro, como el más pernicioso para los intereses populares, y el más canallesco para los intereses nacionales, por las políticas de destrucción de derechos sociales y de un Estado que supo estar presente ante las necesidades de la comunidad nacional.

«El Gobierno Nacional comenzó a instalar mediática y políticamente, la idea de firmar acuerdos de «libre comercio» con Estados Unidos (país proteccionista de su mercado, si lo hay), Corea del Sur, Canadá y China»

En este sentido, la bufonesca actuación del triste Canciller, Jorge Faurie, quien se mostró «emocionado» al hablar con su jefe político, Mauricio Macri, para anunciarle el primer paso en el pre-acuerdo entre Mercosur-UE, para «liberar mercados», y que en lo sucesivo deberá rendir cuentas acerca del mismo ante la Cámara de Diputados de la Nación, ya que fue realizado de manera secreta e inconsulta con el Poder Legislativo, sin especificar la letra chica del mismo. A todas luces se saben los intereses que trae aparejado, debido a la enorme asimetría existente entre las economías de los países que conforman el Mercosur y los de la UE. A manera de ilustración -y como ejemplo- cabe destacar que un acuerdo de estas características le impone a la argentina vender el cuero vacuno, para comprar los zapatos manufacturados en el país que compró nuestra materia prima.

«La economía nunca es libre, o la controla el Estado en beneficio del pueblo, o la controlan las grandes corporaciones en perjuicio de este”, afirmaba con gran sabiduría el líder popular y tres veces presidente, Juan Domingo Perón

El polémico pre-acuerdo Mercosur-UE, generó hasta el momento todo tipo de alarmas por parte de los partidos que conforman la oposición, el movimiento obrero organizado y la sociedad civil en su conjunto, ya que en el mismo se expande la amenaza de la destrucción de lo que queda de la industria nacional, y por lo tanto, de las condiciones de empleo.

En este escenario, donde el gobierno de la alianza Cambiemos parece mostrarse en retirada (todas las encuestas conocidas hasta el momento, y básicamente el humor social, dan cuenta de una posibilidad cada vez más real de derrota el próximo 27 de octubre), comenzó a apurar el mandato por el cual fue dotado por la Casa Blanca y los grupos internacionales de especulación financiera, que lo sostuvieron y sostienen: avanzar sobre las conquistas sociales y laborales, que trae aparejado un cambio de paradigma productivo, donde la casi eliminación del entramado productivo nacional, para reconvertir al país en una fuente de productos agro-exportables, lleva inevitablemente aparejado la destrucción de las condiciones laborales, tal como las conocemos hoy día.

Por este motivo, y en el vértigo de su apuro, por estas horas, el Gobierno Nacional comenzó a instalar mediática y políticamente, la idea de firmar acuerdos de «libre comercio» con Estados Unidos (país proteccionista de su mercado, si lo hay), Corea del Sur, Canadá y China.

 

Entendimiento Mercosur-UE o el reordenamiento geopolítico de la dependencia

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