El fotógrafo Pablo Grillo se encuentra en pronóstico reservado en el Hospital Ramos Mejía, tras recibir un cartucho de gas lacrimógeno directo en la cabeza durante la salvaje represión de fuerzas federales frente al Congreso, y alrededores, durante la marcha de jubilados apoyados por hinchas de clubes y trabajadores de sindicatos.
Grillo sufre de un trauma grave de cráneo con pérdida de masa encefálica.
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