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Por Maximiliano Borches. En solo dos días, el pueblo argentino elegirá con su voto entre dos modelos de país. Un modelo de país, es el actual, basado en la dependencia política y económica, concebido para no más de 15 millones de argentinos. Otro, es el que propone el Frente de Todos, cuyo programa de gobierno plantea la independencia económica, la soberanía política y la justicia social. Por su carácter estratégico, sin dudas, estas elecciones serán las más importantes desde 1983. Nuestro pueblo tiene en sus manos, la llave del futuro de todos y todas.
El ciclo neoliberal se remonta al año 1956, una vez consumado el golpe cívico-militar-eclesiástico contra el segundo gobierno constitucional de Juan Domingo Perón, tras la decisión adoptada por los verdugos Pedro Eugenio Aramburu e Isaak Rojas, de sumar a la Argentina, como socia, al FMI y el Club de París.
Sin embargo, el ciclo neoliberal se afianzó durante el gobierno del radical Arturo Frondizi, quien luego de haber traicionado al pacto que realizó con el peronismo proscripto, por el cual el dirigente sindical, y referente de la Resistencia Peronista, el “negro” Andrés Framini, fue electo gobernador de la provincia de Buenos Aires el 23 de febrero de 1958, pero nunca pudo asumir por la intervención a la provincia ordenada por Frondizi, que facilitó finalmente el tramposo ascenso de Oscar Alende a ese cargo, que no le correspondía según el veredicto del voto popular; el presidente radical firmó ese mismo año el primer acuerdo con el FMI, tomando deuda por 75 millones de dólares. Desde ese momento, hasta enero de 2006, cuando el presidente peronista Néstor Kirchner, saldó el total de la deuda que el Estado nacional mantenía con el FMI (9.600 millones de dólares contraídos desde Frondizi en adelante), la Argentina profundizó la su triste historia de dependencia con los organismos internacionales de crédito.
Sólo por citar algunos datos, Mauricio Macri dejará el gobierno, con una deuda externa que equivale al cien por ciento del PBI, durante estos años cerraron en promedio 43 pymes por día, son más de medio millón los compatriotas que perdieron sus empleos formales e informales (changas, trabajos n negro), la pobreza escaló al 37%, y se espera que supere el 40% del total de la población para fin de año (el índice de indigencia ya superó los dos dígitos) y la inflación acumula un crecimiento del 230% en el período que va desde diciembre de 2015 a septiembre de este año
Sin lugar a dudas, la bacanal del endeudamiento nacional que los representantes locales de los intereses extranjeros impusieron, se desarrolló durante la última dictadura cívico-militar, desde 1976 a 1983. En ese período, se contrajo deuda por 45 mil millones de dólares. Voluminoso monto que continuó creciendo durante los gobiernos de Raúl Alfonsín, Carlos Menem y el olvidable Fernando De La Rúa.
La trágica llegada del empresario-presidente Mauricio Macri al gobierno –si bien fue a través del voto popular, a cuatro años pocos son los que ponen en duda la catástrofe social que impuso su gobierno de CEO´s empresariales y cómplices de turno, muchos de ellos hoy “redimidos”- aceleró como nunca sucedió en este país, la dependencia económica, política y la injusticia social.
El tres veces presidente, Juan Domingo Perón, solía decir que cada uno “lleva un bastón de mariscal en su mochila”, una clara síntesis de la responsabilidad que cada argentino tiene ante su presente y futuro.
El próximo domingo 27 de octubre, no es una elección más. Todos y todas tenemos la oportunidad histórica de empezar a poner fin al histórico ciclo neoliberal que destrozó los sueños de generaciones de argentinos.
Esta vez sí, tenemos una alternativa de gobierno y de poder. De nosotros depende.
