Mariano Moreno Noticias toda la actualizad de la zona
Por Maximiliano Borches. Lejos de la armonía, la política nacional continúa desarrollándose en un campo de batalla simbólico. Tras el destructivo paso del gobierno de la (segunda) alianza radical/macrista en Cambiemos, la derecha criolla vuelve a la carga – al igual que en 1955 con la denominada “Revolución Libertadora”- con la cooptación de uno de los conceptos más caros de la humanidad: Libertad. Pretenden adueñarse de la potencia redentora de esa palabra, para intentar dar cuenta que el gobierno peronista que encabeza la coalición Frente de Todos, prepara un “maligno plan de secuestro de las libertades individuales”, en el marco de una pandemia que azota al mundo, con más de 6 millones de infectados y 369 mil muertos, de la que al día de hoy no existe cura, solo prevención. En este sentido, intelectuales de la talla de Luis Brandoni, Darío Lopérfido y Fanny Mandelbaum, entre otros, acuñaron un extraño vocablo: “Infectadura”, rápidamente tomado como bandera por una comparsa de “libertarios”, neonazis y vecinos de barrios ricos de la capital federal.
La derecha criolla lanzó una fuerte campaña político/mediática, con el objetivo de crear una nueva alianza de clases, de cara a las elecciones de medio término del próximo año. A su vez, estratégicamente, buscan fortalecer una posible alternativa de gobierno, ante un deseado eventual desgaste del actual gobierno peronista que encabeza la coalición Frente de Todos, en medio del crecimiento de casos de infectados en la Argentina, por la pandemia de la Covid-19.
Esa nueva alianza de clases, pretende la cooptación de trabajadores cuentapropistas, monotributistas, autónomos, hasta aquellos que realizan changas de todo tipo y que hoy se ven impedidos de llevar a cabo sus tareas, por la dramática situación impuesta por la pandemia, que tanto a escala global como local, impuso un duro parate de la economía, afectando a millones de trabajadores en todo el planeta. Por citar un ejemplo, desde el comienzo del despliegue de la pandemia en el mundo, en marzo pasado, sólo en Estados Unidos se perdieron más de 40 millones de empleos.
En este sentido, la nueva/vieja derecha criolla, vuelve a la carga con una campaña similar a la utilizada hace 65 años, con la diferencia –no menor- de no tener que echar mano a las huestes criminales que bombardearon Plaza de Mayo y fusilaron peronistas, bajo el beneplácito apoyo de “demócratas” radicales, socialistas y conservadores, y la sacrosanta “bendición” de la Iglesia Católica.
En esta campaña, al igual que en aquella, se apunta a la recolonización cultural y a la toma por asalto de la palabra “libertad”, para volver a transformarla en un maniqueo eufemismo, que solo será compartido por quienes integran los sectores privilegiados de la sociedad argentina.
No tienen reparos en dar rienda suelta a sus instintos más bajos, a su miserabilidad, sin importarles las consecuencias mortuorias que acarrearía una apertura total de la cuarentena, en este delicado momento.
Con el solo fin de desestabilizar al gobierno del Frente de Todos, la derecha criolla ansía mirarse en los espejos de Estados Unidos y Brasil, con sus decenas de miles de muertos, para pasar a la Fase II de su estrategia, al “Plan B”: si falla el discurso del “ataque a las libertades individuales”, avanzar con la idea “la incompetencia de un gobierno que permitió que haya miles de argentinos muertos”.
Si el 2015 dejó una enseñanza, fue aprender a no subestimar a nadie en el campo de la política.
Ver:
El Estado ya invirtió $1,3 billones en sostener empleo, demandas sociales y créditos provinciales
