Por Maximiliano Borches. La irresponsabilidad con la que el expresidente interino, Eduardo Duhalde, dijo en un set de televisión que “no habrá elecciones en 2021 porque Argentina es la campeona de las dictaduras militares”, sumado a la añoranza golpista conversada entre el periodista Joaquín Morales Sola y el intelectual orgánico radical/macrista Luis Brandoni, el pasado 17 de agosto, y las declaraciones de otro radical resucitado, Ernesto Sanz, quien en zoom con Patricia Bullrich y otros, se preguntó: «¿Cuánto tiempo más demora esto en explotar?», pretenden generar un clima de miedo y desestabilización. A su vez, la derecha criolla más rancia pone al desnudo su debilidad política. En la Argentina de hoy no hay lugar para un golpe de Estado, ni crisis institucional. Nuestro pueblo recuperó para siempre la democracia en 1983, y existe plena conciencia de ello.
De manual. Ante la carencia de una agenda política opositora, que se presente como seductora ante la población, la derecha criolla en su conjunto apela a su origen más reaccionario e irracional: la desestabilización política, y el intento de suplir con el temor y la confusión, la falta de ideas para el normal desarrollo democrático de nuestro país.
Esta acción comenzó a desarrollarse a través de la convocatoria de manifestaciones antigubernamentales, disfrazadas de “anticuarentena”, con la estrategia de tomar por asalto fechas patrias y reconvertirlas en factores simbólicos de la “argentinidad liberal”, esa misma que escribió la historia después de la Batalla de Caseros.
De ahí en adelante, las hordas de macristas, radicales y lilitos dan rienda suelta a su odio en cada uno de los terrenos en los que operan: las cámaras de diputados y senadores, medios de comunicación, sus movilizaciones sobre lujosos autos desde los barrios más caros de la Argentina, violatorias además de una cuarentena que se impone por la pandemia mundial de Covid-19, que en nuestro país ya superó los 350 mil casos positivos y las 7.100 muertes.
A estas acciones concentradas contra el gobierno nacional y popular, y peor aún: contra la democracia; se le sumó un personaje menor de la política local, que siempre intenta parecer más de lo que realmente es: Eduardo Duhalde, quien de manera totalmente irresponsable, y sin saber bien como argumentar, dijo ante los Animales Sueltos que el próximo año no habrá elecciones de medio término en Argentina, debido al contexto regional pro-dictatorial, que crece –según su análisis- en nuestro país.
En la Argentina de hoy, no hay espacio para golpes de Estado ni crisis institucionales, que pongan en jaque a la democracia.
Irresponsables declaraciones de Eduardo Duhalde:
Añoranzas golpistas de Joaquín Morales Sola y el intelectual orgánico macrista/radical, Luis Brandoni: