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La derecha criolla al palo. Las famélicas concentraciones desestabilizadoras contra el gobierno de TODOS, fogoneadas por los sectores más duros del tridente desestabilizador macrista/radical/lilito, no solo finalizaron en un rotundo fracaso político. Expusieron lo más rancio del neofascismo argentino. Las inmediaciones del Obelisco y las ciudades de Córdoba, Tucumán, Mendoza y Rosario, fueron los tristes escenarios de agónicos deseos destituyentes, curiosamente gritados en nombre de la “libertad”.
En el marco de la interna que se desarrolla cada día con más potencia, al interior de “Juntos por el Cambio”; su ala más dura, encabezada por el propio expresidente Mauricio Macri, vivió un rotundo fracaso político tras las agónicas concurrencias, que además violaron los protocolos de distanciamiento social, preventivo y obligatorio. Al igual que sucede con otras manifestaciones.
El fracaso político para Mauricio Macri y su entorno fue doble: En la mañana del domingo 13 de septiembre, anunció con bombos y platillos a través del inefable diario La Nación, su “regreso” a través de la publicación de un texto elaborado por su equipo de asesores que llevó su firma, y con el que pretendió refundar su liderazgo opositor, fuertemente cuestionado hoy al interior de la fuerza que representa.
Las concentraciones del domingo pasado, simplemente se diluirán en la historia. El hermoso día de sol que cubrió ese domingo, fue aprovechado también para que representantes de los más arcaicos pensamientos neofascistas, pasean con sus consignas llenas de odio y nostalgia por la muerte.
Ver:
El texto publicado por Macri encierra las claves del nuevo discurso neofascista argentino
