En el marco de su participación en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se desarrolla en Panamá, el Santo Padre argentino ofreció el primero de los diez discursos que bridará allí, donde convocó a recuperar el sueño de la Patria Grande. Sus palabras cobraron una especial significación en momentos donde se intenta llevar a cabo un golpe de Estado «blando» en la República Bolivariana de Venezuela, con la autoproclamación como Presidente del líder opoistor Juan Guaidó, quien cuenta con el apoyo abierto del presidente de EEUU, Donald Trump y de sus gobiernos acólitos de la región, desconociendo el mandato constitucional del presidente venezolano reelecto con el 61,3% de los votos el años pasado, Nicolás Maduro.
El Papa Francisco (Jorge Bergoglio) estará en Panamá hasta el próximo 27 de enero, participando de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Allí ofrecerá diez discursos, el primero de los cuales brindó hoy junto al presidente de ese país, Juan Carlos Varela, a quien agredeció por la actividad que se está llevando a cabo.
Inició su discurso recordando las palabras del Libertador Simón Bolívar, cuando indicó que si el mundo tuviese que elegir una capital, el Istmo de Panamá tendría este destino. Señaló que Bolívar convocó a los líderes de su tiempo para forjar el sueño de la unificación de la Patria Grande:
“Comienzo mi peregrinación en este histórico recinto, donde Simón Bolívar, afirmó que “si el mundo hubiese de elegir su capital, el Istmo de Panamá hubiese sido señalado para ese augusto destino”, y convocó a los líderes de su tiempo para forjar el sueño de la unificación de la Patria Grande, convocatoria que nos ayuda a comprender que nuestros pueblos son capaces de crear, forjar, y sobre todo soñar que sepe y pueda albergar, respetar y abrazar la riqueza multicultural de cada pueblo y cultura. Siguiendo esta inspiración podemos contemplar a Panamá como tierra de convocatoria y como tierra de sueños”, afirmó el Papa Francisco
Además, remarcó que las nuevas generaciones reclaman de los adultos dignidad y honestidad, pero especialmente de quienes ocupan una función en la vida pública, ya que es imprescindible que «lleven una vida que sea sinónimo de honestidad, y antónimo de cualquier forma de corrupción«.
«Solo se es capaz de defender el bien común por encima de los interés de unos pocos, cuando existe la firme decisión de compartir con justicia los propios bienes», señaló.
Más temprano, en la iglesia de San Francisco de Asís, el Papa Francisco se reunió con los obispos de Centroamérica y recordó la preocupación de estos por las personas de las caravanas de migrantes que parten de Honduras, El Salvador, Guatemala y que se dirigen al norte del continente buscando un futuro mejor.
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