Es la salud y es la economía, no la falsa disyuntiva que propician el macrismo/radicalismo y los medios hegemónicos de comunicación. Por efecto de la segunda ola de coronavirus –de la que aún se espera lo peor- Toyota redujo a la mitad la actividad por esta semana pero podría extenderla. Lo mismo ocurre en Volkswagen rebajó el 50% en el ritmo de actividad del turno tarde y compensación los sábados. Fiat redujo de 330 a 300 vehículos por día el ritmo de actividad en la planta de Córdoba. Ford está con licencia por vacaciones de personal, por cinco semanas, hasta el 28 de abril. A su vez, Renault y Nissan están sufriendo la falta de piezas y hay suspensiones en las líneas de montaje. General Motors, en Santa Fe, tendrá la planta parada hasta desde el lunes próximo hasta el 16 de mayo.
Cuando se reclama tomar medidas más contundentes ante los estragos que ocasiona la segunda ola de coronavirus, se piensa justamente en esta situación, donde los trabajadores contagiados no pueden asistir a sus lugares de trabajo, eso impacta en una baja de la producción, y por lo tanto en mayor crisis económica (y obviamente sanitaria).
En un artículo publicado en el site ámbito.com por el periodista Horacio Alonso, se narra la dramática situación que atraviesan las automotrices del país, en momentos donde habían comenzado a recuperar producción y mercado.
En este sentido, El caso emblemático es el de Toyota que, esta semana, tuvo que suspender el turno tarde de fabricación ante la cantidad de personal con coronavirus o aislado por contacto estrecho. La marca japonesa sufre las consecuencias de lo que está sucediendo en el resto de la sociedad. Los contagios no se produjeron en la planta sino que los empleados dejan de concurrir a trabajar por los motivos mencionados. Esto se confirma por los testeos que realiza la compañía a cada burbuja del personal que informa un contagio y que resulta negativo en el resto de sus compañeros. En la empresa estaban funcionando con dos turnos de producción con 2.500 operarios cada uno. Ante el crecimiento del ausentismo, se analizó que podrían enfrentar un escenario crítico para poder cubrir los puestos que permitan hacer funcionar las líneas de montaje. Por ese motivo, se decidió trabajar en un turno sólo completo y tener al resto de los trabajadores disponibles para cubrir ausencias.
Si bien la suspensión está establecida hasta el viernes, todo indicaría que se extenderá una semana más o dos. No es un dato menor ya que esta automotriz es el principal fabricante de vehículos en el país. Dos semanas atrás había subido su “takt time” de producción a una pickup Hilux o SUV SW4 cada 90 segundos, lo que significaba llevar al máximo la actividad de la fábrica para alcanzar 141.000 unidades en 12 meses. Ahora, tuvo que dar marcha atrás. Sin embargo, tiene proyectado trabajar el sábado 17 y el 24 para recuperar unidades perdidas. Este es un tema sensible ya que existe el rechazo del personal a hacer horas extras por los recortes que sufren por el Impuesto a las Ganancias pero, hasta anoche, seguía en pie la convocatoria.
El panorama es similar en otras terminales. Según fuentes del sector, el ausentismo en automotrices y autopartistas supera, en algunos casos, el 20%. Este ya es un porcentaje muy elevado pero lo que preocupa es que siga creciendo. Además, hay que tener en cuenta que las fábricas venían trabajando con paradas de planta permanentes por la falta de piezas.
Por uno u otro motivo, las terminales enfrentan un escenario delicado. Volkswagen tiene un alto ausentismo que llevó a una pérdida de producción en los últimos días. De hecho, implementó un cronograma, desde el lunes pasado hasta fin de mes, con rebaja de 50% en el ritmo de actividad del turno tarde y compensación los sábados. Fiat redujo de 330 a 300 vehículos por día el ritmo de actividad en la planta de Córdoba. Ford está con licencia por vacaciones de personal, por cinco semanas, hasta el 28 de abril pero ya está previendo que el regreso será accidentado. La mayor parte de los contagios se dan fuera de las plantas, en las actividades sociales que tiene el personal, por lo que suponen que después de las vacaciones habrá, probablemente, un alto nivel de ausentismo por contagios. Ya está anticipando a proveedores que hay serias chances de no alcanzar el ritmo esperado de pickups Ranger.
En Renault y Nissan están sufriendo la falta de piezas y hay suspensiones en las líneas de montaje. Estas dos marcas – que producen en el mismo complejo de la localidad cordobesa de Santa Isabel – tenían proyectado incrementar la producción en los próximos meses. La japonesa, por ejemplo, para jueves y viernes por problemas de cierre en terminal portuaria. Mercedes-Benz, en tanto, no tiene afectada la producción por el coronavirus pero el abastecimiento de piezas depende de este conflicto en el puerto de Buenos Aires. Este es un problema general ya que la pandemia complica toda la operatoria de comercio exterior que se agrava por los problemas locales.
En Fiat, también están recortando la producción de 330 unidades por día a 300. El grupo PSA, en tanto, está incrementando la producción y, hasta fin de año, producirá también tres sábados por mes, si los contagios se lo permiten.
General Motors, en Santa Fe, tendrá la planta parada hasta desde el lunes próximo hasta el 16 de mayo. Licencia a la mayoría del personal y una pequeña parte quedará asignada a adelanto de trabajos en la línea de producción para el nuevo modelo que se lanzará el año próximo. Como necesitan que vengan al país técnicos e ingenieros del exterior, se decidió hacer un impasse productivo para cumplir con los protocolos.
A esto se suma que los autopartistas están empezando a tener los mismos problemas de ausentismo. En algunos casos, incluso, está analizando suspensiones de personal por una menor demanda que tendrán de las terminales.
Todo esto sucede en un contexto en el que el Gobierno intimó a las empresas, en general, a trabajar al máximo de producción. Un deseo que, con falta de piezas, escasez de dólares y ola de contagios, parece difícil de cumplir.