Por Juan Manuel Rivero. Dos hechos definen con claridad al gobierno de la alianza Cambiemos: la mentira y la manipulación. En este sentido, dentro de la multiplicidad de rasgos psicopáticos que caracterizan al empresario-presidente Mauricio Macri, la perversión narcisista es el que -quizá- mejor lo define. «Hoy estamos mejor parados hacia el futuro de lo que estábamos en el 2015», afirmó el Presidente a una pequeña radio puntana, en momentos donde más de medio millón de argentinos perdieron sus trabajos formales e informales, la industria opera al 56% de su capacidad instalada, cierran pymes y comercios todos los días, la inflación cada vez se acerca más a la hiper y el costo de vida expulsó a millones de compatriotas a la marginalidad social.
El perverso narcisista se caracteriza, entre otros aspectos, por su falta de empatía real hacia el otro y por la utilización de esa empatía en términos utilitarios, porque sólo reconoce las necesidades del otro en la medida que sirvan a su propio beneficio. Una marcada característica de morbosidad que se destaca en la personalidad del empresario-presidente Mauricio Macri, como así también en la de los integrantes de su equipo de gobierno.
Habiendo definido la característica de la personalidad perversa narcisista, vemos con mayor claridad la estrategia comunicacional que hizo famosa por estas tierras el asesor presidencial Durán Barba. Ésta no sólo se basa en la repetición de una mentira, al estilo goebbeliano, sino que centralmente apunta a la colonización de la subjetividad de la población a través de mensajes simples, banales, resignificados de las viejas escuelas de dominación, muy utilizadas en su momentos por imperios y poderes eclesiásticos: «el pobre es pobre y el rico es rico». Pero el pobre cuenta con la esperanza (no de los cielos en este caso) de poder «contentarse» con su realidad, porque «naturalmente» es lo que le corresponde, y porque -según la estrategia comunicacional de guerra que lleva adelante el macrismo- «los argentinos vivimos sobre nuestras reales posibilidades hasta el 2015», como suele repetir el Presidente, dando cuenta del profundo desprecio que siente por la dignidad del pueblo.
«Hoy estamos mejor parados hacia el futuro de lo que estábamos en el 2015», dijo el empresario-presidente Mauricio Macri a FM Radio Pasión 96.5, de la localidad puntana de Buena Esperanza
Este mecanismo de dominación comenzó a resquebrajarse -si bien no a superarse- a nivel mundial a finales del Siglo XVIII, y en nuestro país, con la llegada de Juan Domingo Perón al gobierno, en febrero de 1946. El concepto de «Derecho» se popularizó a través de las políticas de independencia económica, soberanía política y justicia social que comenzó a implementar el Justicialismo en la década del ´40, y que varias de ellas perduran hasta hoy.
«Hay gente enojada y mucha gente angustiada porque cuesta más llegar a fin de mes, porque nos hemos chocado contra una realidad, los entiendo. La Argentina venía hace muchos viviendo por arriba de sus posibilidades», expresó con claro cinismo, el presidente-empresario Mauricio Macri
En estos tiempos de restauración neocolonial en nuestro país y en nuestra región, los esfuerzos comunicacionales de los gobiernos liberales/oligárquicos, se esfueran por generar «culpa» en la población por haber vivido más dignamente durante el desarrollo de gobiernos populares, que durante la primera década de este nuevo siglo, marcaron el ritmo de la política sudamericana.
Es en esta linea, donde el gobierno de la alianza Cambiemos propone (al mejor estilo de George Orwell), la instauración de un «Gran Hermano» donde la historia sea reescrita a la fuerza, y donde de ser necesario, se borrará a como de lugar todo recuerdo de dignidad anterior, para «naturalizar» la tragedia de ser sometidos a poderes económicos de las familias privilegiadas locales, como también de multinacionales extranjeras, el empresario-presidente vuelve a la carga con la puesta en escena de su «Macrilandia» o su perversión narcisista al palo.
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