El 12 de agosto de 1821, a través de un decreto del gobernador bonaerense, brigadier general Martín Rodríguez, se funda la Universidad de Buenos Aires, se inauguró la Universidad de Buenos Aires (UBA), en el templo de San Ignacio. Su primer rector fue el doctor Antonio Sáenz. Desde entonces, se cuentan por miles sus contribuciones científicas y es de destacar que los cinco premios nobeles argentinos se graduaron en esta prestigiosa casa de altos estudios. A 200 años de su creación, no solo la UBA es la universidad más prestigiosa de la Argentina y la región, también es una de las de mayor jerarquía en el mundo.
La primera universidad de la historia argentina cumple este 12 de agosto 200 años. Desde entonces, sus distintas sedes fueron escenarios de exitosas contribuciones científicas, magistrales debates y usinas de incontables ideas, como también de heroicos hechos de resistencia en oscuros momentos de dictaduras cívico-militares-eclesiásticas y gobiernos democráticos neoliberales. A partir de la entrada en vigencia de la Constitución de 1949, la UBA se democratizó para siempre tras incorporarse a la gratuidad en el acceso a la formación universitaria para todos los argentinos. Sin dudas, una de las máximas contribuciones que realizó Juan Domingo Perón a la educación pública de calidad.
Casi 7 de cada 10 estudiantes egresan, un logro a nivel internacional
El 65% de los estudiantes que ingresan a una carrera de grado en la Universidad de Buenos Aires logra egresar, un logro que está dentro de «los estándares internacionales», asegura el rector Alberto Barbieri, quien destaca que muchos profesionales deciden desarrollarse en el exterior a raíz de «la propia internacionalización e intercambio que lograron dentro de su vida universitaria» argentina.
Entre sus numerosos logros, en la UBA se realizó la primera transfusión sanguínea que dio origen a la profesión médica del técnico en hemoterapia, cinco premios Nobel, la primera filmación de una cirugía, el Premio internacional L’Oréal-Unesco Por las Mujeres en la Ciencia.
Los cinco premios nobeles argentinos, pasaron por la UBA:
Carlos Saavedra Lamas
Carlos Saavedra Lamas el primer argentino y latinoamericano distinguido un premio Nobel. Este abogado, diplomático y político recibió el Nobel de la Paz en 1936, cuando ejercía el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores y Culto de nuestro país, por haber inspirado un acuerdo antibélico que luego llevó su nombre.
Saavedra Lamas, quien se graduó de abogado en la UBA, fue un importante mediador en la finalización de la Guerra del Chaco, entre Paraguay y Bolivia, condición que lo llevó a convocar a la Conferencia de Paz de Buenos Aires y evitar la presencia del ejército de Estados Unidos en la zona de conflicto.
Entre 1941 y 1943 fue rector de la UBA y más tarde, profesor de Legislación del Trabajo. Se destacó, además, en derecho internacional y fue miembro de la Corte Permanente de Arbitraje, de La Haya, en los Países Bajos.
En 1915 había asumido como Ministro de Justicia e Instrucción Pública durante la presidencia de Victorino de la Plaza y por su conocimiento en el área del Ministerio de Trabajo fue designado en 1928, presidente de la XI Conferencia Internacional del Trabajo, donde fue el primer argentino que llegó a ese cargo.
Bernardo Alberto Houssay
Bernardo Alberto Houssay recibió el premio Nobel en 1947 de Fisiología y Medicina por sus investigaciones y descubrimientos sobre el papel de la hipófisis en la regulación de la cantidad de azúcar en sangre, los cuales resultaron esenciales para comprender la diabetes.
Nacido en Buenos Aires el 10 de abril de 1887, fue un estudiante prodigio y se graduó de bachiller a los 13 años en el Colegio Nacional de Buenos Aires; a los 17 años se recibió de farmacéutico y a los 23 años egresa de la UBA como médico.
Trabajó en el Instituto Bacteriológico Nacional (hoy, Instituto Malbrán), en el cual dirigió el Departamento de Sueros y participó de la campaña nacional sobre antídotos de víboras en distintas provincias del país.
En 1922 recibió el Premio Nacional de Ciencias por su trabajo sobre la acción fisiológica de los extractos hipofisiarios, en el cual hay indicios de las investigaciones que le valieron el Nobel.
En 1945 publicó el tratado Fisiología Humana, en coautoría con integrantes de sus equipos de trabajo, entre los que se destacaba Luis Federico Leloir.
Luis Federico Leloir
El tercer laureado en Estocolmo, con pertenencia a la UBA, fue precisamente Leloir, quien fue un médico, bioquímico y farmacéutico que recibió el premio Nobel de Química en 1970 por sus investigaciones sobre los nucleótidos de azúcar, y el rol que cumplen en la fabricación de los hidratos de carbono.
Leloir se recibió de Médico en la UBA, en 1932, y luego, con la intención de conocer y profundizar mejor sobre los procesos biológicos, se dedicó a la investigación en el Instituto de Fisiología de esta misma casa de estudios que, en ese momento, estaba dirigido por Houssay.
El mismo Houssay fue el director de la tesis de doctorado de Leloir. A través de ella, el joven doctor investigó sobre algunos temas relacionados con el metabolismo de los hidratos de carbono. Terminó la tesis en dos años y, más tarde, se trasladó a Cambridge (Inglaterra), para continuar con un posgrado.
Ya en la Argentina, Leloir había asumido el cargo de profesor de Fisiología en la cátedra de Houssay; pero, ante el golpe de Estado de 1943, decidió exiliarse y comenzó a trabajar en los Estados Unidos.
Cuando regresó a la Argentina, volvió a trabajar con su mentor y amigo Houssay, en el Instituto de Biología y Medicina Experimental. Algunos años después, Houssay le propuso a Leloir ser director de otro organismo: el Instituto de Investigaciones Bioquímicas-Fundación Campomar (hoy, Fundación Instituto Leloir), creada el 7 de noviembre 1947.
César Milstein
César Milstein, estudiante de Ciencias Químicas en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, recibió en 1984 igual distinción que Bernardo Houssay, el Premio Nobel en Fisiología y Medicina.
Se graduó de Licenciado y luego de Doctor en Química en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y en 1957 fue seleccionado como investigador en el Instituto Nacional de Microbiología «Carlos Malbrán»,
En 1961 se hizo cargo del Departamento de Biología Molecular del Instituto Malbrán. Tras el golpe de Estado de 1962 y la intervención del Instituto, Milstein se radicó en Cambridge. Allí logró un descubrimiento central: fabricar líneas de anticuerpos puros capaces de detectar y enfrentarse a una parte específica de un antígeno y vencerlo.
Producto de ese hallazgo fue posible el desarrollo de diversos fármacos innovadores, como medicamentos para prevenir rechazos en trasplantes, la inmunización pasiva para virus Sincicial Respiratorio,
Este año se cumplen 37 años del premio Nobel recibido por Cesar Milstein y 60 años de su regreso a la Argentina por lo que el Poder ejecutivo declaró al 2021 como el «Año de Homenaje al Premio Nobel César Milstein».
Esta medida busca reconocer el legado del doctor, que trascendió las fronteras del país y su descubrimiento de los anticuerpos monoclonales configuró un hito en la historia de la medicina e influyó en diversas especialidades tales como la inmunología, la oncología, la biotecnología, así como también en la industria.
Adolfo Pérez Esquivel
El 13 de octubre de 1980, la cúpula de la dictadura cívico militar argentina se negaba a asumir la noticia que les llegaba desde la Embajada de Noruega en Buenos Aires, en la que se les notificaba la distinción de Adolfo Pérez Esquivel como Premio Nobel de la Paz.
Hasta ese momento, Pérez Esquivel era un hombre desconocido para gran parte del pueblo argentino. Nacido en San Telmo, arquitecto, escultor y docente, a principios de los años 70 se comienza a involucrar en movimientos que luchan por la paz.
Participó activamente en la fundación del Servicio de Paz y Justicia (Serpaj), un movimiento en defensa de los Derechos Humanos en Latinoamérica. También participó en el advenimiento del Movimiento Ecuménico Paz y Justicia, conformado junto a diversos grupos cristianos. Y, pocos años más tarde, en la creación de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos.
Por su tarea junto al Servicio Paz y Justicia -que continúa en actividad en Costa Rica, Chile, Brasil, Nicaragua, México y El Salvador- es que Pérez Esquivel fue distinguido con el premio Nobel de la Paz, que recibió en nombre de los pueblos de América. La distinción, además, permitió dar a conocer al mundo el plan de exterminio sistemático llevado adelante por la última dictadura cívico militar.
Pérez Esquivel, desde septiembre de 1998 es titular de la Cátedra Cultura para la Paz y los Derechos Humanos, en la Facultad de Ciencias Sociales y en el año 2006 la UBA le entregó el Doctorado Honoris Causa.
Acontecimientos y descubrimientos desarrollados por graduados de la UBA:
• En 1899, por primera vez se filma una cirugía. Fue en el Hospital de Clínicas y se observa al doctor Alejandro Posadas operando con luz natural.
• En 1914, Luis Agote, médico de la UBA, logró el 9 de noviembre la primera transfusión sanguínea y así nació la profesión médica del técnico en hemoterapia, quien separa plaquetas, glóbulos y plasmas sanguíneos aplicando la técnica de aféresis. El método Agote también hizo nacer los bancos de sangre, para que pudieran estar disponibles a futuro. Cabe destacar que Agote nunca registró su descubrimiento. El sistema de transfusión sanguínea fue un avance histórico para la medicina, hasta ese momento, la transfusión existía, pero de forma muy rudimentaria.
• En 1922, se crea el Instituto de Medicina Experimental para el Estudio y Tratamiento del Cáncer, dirigido por Angel H. Roffo, médico de la UBA. En 1936 Roffo publicó el primer artículo científico argentino sobre cáncer y tabaco, «El tabaco como cancerígeno».
En 1957, se crea el Instituto de Investigaciones Médicas Alfredo Lanari, dirigido por Alfredo Lanari, médico de la UBA. Allí se realizó, también ese año, el primer trasplante renal, casi en simultáneo con los Estados Unidos. Y funcionó el primer riñón artificial del país en un hospital público en 1958.
• En 1961, se crea Clementina, la primera computadora en la Argentina, en el Instituto de Cálculo. El matemático y físico Manuel Sadosky, considerado el «padre de la computación» en Argentina, inaugura este centro en donde muchos grupos se dedicaron a investigar temas de matemática aplicada.
En 2011, se descubrió el titanosaurio más grande del mundo en la provincia del Chubut. Del equipo formó parte Diego Pol, egresado de la UBA.
•En 2016en el Hospital de Pediatría Garrahan se realizó el primer trasplante de corazón no compatible a una beba de 7 meses. El procedimiento fue encabezado por Horacio Vogelfang, egresado de la UBA.
• En 2016, por sus investigaciones sobre los mecanismos moleculares del virus del dengue con el fin último de encontrar métodos de controlar las infecciones, ya sea por vacunas o por un antiviral, Andrea Gamarnik, doctora en Farmacia y Bioquímica de la UBA, recibe el Premio internacional L’Oréal-Unesco Por las Mujeres en la Ciencia.