El xeneize no pudo evitar el sufrimiento, al igual que a lo largo de todo el campeonato, para consagrarse en un empate 2-2 en la Bombonera con un Independiente que retomó su orgullo y poder futbolístico; lo ayudó un penal que atajó Armani y frustró a Racing en Avellaneda
Las típicas suspicacias quedaron de lado. Que “River beneficiará a Racing”; que “Independiente ayudará a Boca”. Y la conclusión de hace días quedó en offside: “El Cilindro mirará de reojo a la Bombonera”. Fue una definición dramática, llena de especulaciones y que no tuvo nada de lo que se insinuaba. Boca es un justo campeón de la Liga Profesional, pero el final coincidió con su desempeño en el trayecto: jugó con fuego en su casa y esta vez se quemó, pero en Avellaneda apareció River con los matafuegos en forma de goles de Miguel Borja y el penal atajado por Franco Armani. Lo que importa: Boca es nuevamente el dueño del título local y sumó su estrella N°73.
Independiente buscó el gol y lo consiguió a través de un penal de Leandro Fernández. En ese momento, Racing empataba 0 a 0 con River, por lo que había desempate en la Liga Profesional. Pero de inmediato Boca empató por Pol Fernández. Entonces, el Xeneize volvía a ser campeón.
Así terminaron ambos primeros tiempos. En el arranque de la segunda etapa, Villa de tiro libre marcó el 2 a 1 de Boca. Ahí, tenía el título asegurado. Pero en algunos minutos hubo noticias desde el Cilindro de Avellaneda: Rojas, de penal, marcó el 1 a 0 de Racing. Entonces, el equipo de Hugo Ibarra no se podía permitir un gol del Rojo. Llegó una buena noticia desde Avellaneda: el gol de Borja, 1 a 1 para River. Pero enseguida igualó Vallejo para Independiente. Entonces, un gol más del equipo de Fernando Gago o un del de Falcioni dejaban a Racing campeón…
Y esa sensación se sintió tanto en el Cilindro como en la Bombonera cuando Echavarría marcó penal para Racing. River protestó. El encargado del remate fue Galván, porque Rojas ya no estaba en la cancha. Y su derechazo fue rechazado por Armani…
Esa atajada la gritaron todos los hinchas de Boca más que los de River. Mientras Gago se agarraba la cabeza, como sus jugadores y los hinchas que habían copado el Cilindro. Hubo cinco minutos de descuento en ambas canchas. Todos los ánimos alterados, podía pasar cualquier cosa. Racing había sentido el impacto del penal… Y fue en una contra, sobre el final, que Borja culminó un ataque: el 2 a 1 de River fue la sentencia de Boca campeón de una definición increíble, inolvidable en el fútbol argentino, que demostró que, en esta ocasión, se jugó con lealtad.
Así quedó la tabla de posiciones: