La Justicia electoral de Brasil logró mayoría para inhabilitar a al ultraderechista expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, por un período de ocho años. Ffue condenado por «abuso de poder y uso indebido de medios de comunicación» en una reunión con embajadores antes de las elecciones.
La justicia electoral de Brasil suspendió este viernes los derechos políticos al expresidente Jair Bolsonaro por ocho años, en una histórica condena medio año después de que terminara su polémico mandato.
Cuatro de los sietes jueces consideraron que el exmandatario de 68 años incurrió en «abuso de poder y uso indebido de medios de comunicación» por exponer ante 40 embajadores su infundada teoría contra la fiabilidad de las urnas electrónicas tres meses antes de las elecciones.
Ese encuentro fue transmitido por el canal de televisión oficial del gobierno. La ley electoral considera que el abuso de poder político se produce cuando el imputado se aprovecha de su cargo y utiliza los bienes públicos con el fin de influir en el elector.
Por ese motivo, porque consideraron que ese encuentro tuvo un propósito «electoral», apoyaron inhabilitarle hasta 2030, cuando tenga 75 años. El ultraderechista se perderá las municipales de 2024 y las estatales y nacionales de 2026.
El tribunal electoral formó mayoría en el Pleno con el voto de la jueza Cármen Lúcia, quien dijo que en ese encuentro el mandatario «se autopromocionó» y que, aunque los embajadores no son «electores», sus comentarios «reverberan».
El juicio, que arrancó la semana pasada, quedó suspendido el jueves, cuando el marcador estaba 3 a 1.
El único que por ahora votó a favor de Bolsonaro fue el juez Raul Araújo, con el argumento de que una democracia «no debe haber límites en el derecho a la duda», en relación a las críticas del exmandatario a las urnas.
El magistrado aceptó que el exmandatario divulgó informaciones falsas en esa reunión, pero consideró que eso no es un «hecho lo suficientemente grave» como para que sea condenado.
Recurrir «una injusticia»
Antes de la decisiva sesión, el exmandatario advirtió de que recurrirá la inhabilitación en el propio TSE y en el Supremo Tribunal Federal (STF).
«Voy a conversar con mis abogados, y un recurso irá al STF», dijo a una radio.
«Este juicio no tiene ni pies ni cabeza (…). No ataqué el sistema electoral, solo mostré los posibles fallos», agregó.
El jueves, aseguró que no hizo «nada concreto» contra la democracia y que «hasta la gente de izquierda» considera el juicio absurdo.
Pero parece difícil que las cosas cambien. La prensa brasileña especula desde hace tiempo sobre el futuro del bolsonarismo. Entre los candidatos a sucederle figuran los gobernadores de Sao Paulo y Minas Gerais, Tarcísio de Freitas y Romeu Zema, o su esposa Michelle.
Un legado oscuro
La decisión del TSE empaña todavía más el mandato de Bolsonaro, que fue muy cuestionado entre otras cosas por su desmedido apoyo al agronegocio en detrimento del medioambiente, su insistencia en armar a la población para autodefenderse o su negación de la pandemia del coronavirus, que dejó casi 700.000 muertos en Brasil.
Su teoría sobre la poca fiabilidad de las urnas, que repitió en múltiples ocasiones durante años, habría motivado a que sus partidarios radicales clamaran fraude en las elecciones y que, pocos días después de la investidura del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, invadieran y destrozaran las sedes de los tres poderes en Brasilia.
Por esos hechos, el mandatario también está siendo está siendo investigado en el Supremo Tribunal Federal (STF).
Además, tiene abiertas otras 15 causas en el TSE por irregularidades durante las pasadas elecciones, que perdió frente a Lula, y por lo menos cuatro en el STF, una de ellas por asociar, también sin pruebas, la vacuna contra coronavirus al riesgo de contraer sida.
Fuente; Agencias