Por Maximiliano Borches. Como un Nerón enajenado en su versión criolla, que mira a Roma destruirse en un incendio por él mismo provocado mientras toca su cítara y canta; el presidente Javier Milei cantará y bailará este miércoles en el Luna Park, tras la presentación de su último libro: “Capitalismo, socialismo y la trampa neoclásica” -que al igual que el resto que lleva su firma es sospechado de plagio-, en momentos que la pobreza supera el 55%, la indigencia el 18% (según la UCA), a diario se producen decenas de despidos y cierres de pymes y comercios debido a la licuación de pesos, el furioso ajuste en las tarifas de servicio público y la notoria caída del consumo; los trabajadores de la salud, la educación, yerbateros y policías de Misiones comienzan a rebelarse contra el furioso ajuste que degrada sus salarios y condiciones de vida y el fantasma de un estallido social comienza a tomar cuerpo –muy de a poco, pero a paso firme- desde el norte del país en esta oportunidad, y no desde el sur, como sucedió en 1996 cuando se llevó a cabo el primer corte de ruta en Cultral Co que dio comienzo a la rebelión contra las políticas de hambre y miseria que aplicaba Carlos Menem, y que terminaron en la sublevación del 20 de diciembre de 2001, con 38 argentinos asesinados principalmente en la ciudad de Buenos Aires, pero también en otros puntos del país, en una acción represiva que imprimió el no retorno presidencial –hasta el momento- de la Unión Cívica Radical (UCR)
A este cuadro de rápido incendio social y político, se le suma la sumisión hacia los Estados Unidos, el correr detrás del Estado de Israel, arrodillarse ante el Reino Unido de la Gran Bretaña en nuestros legítimos reclamos de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias, Sandwich del sur y zonas adyacentes, como haber quedado fuera de los BICS (que representa el 44% del PBI global) y el distanciamiento con 11 países aliados de la Argentina –entre ellos Brasil, México y Colombia- y la reciente crisis desatada por Milei en España (país que decidió retirar de manera permanente a su embajadora en Buenos Aires), al atacar groseramente al gobierno de Pedro Sánchez, y a su mujer, mientras oficiaba de jefe de campaña del franquista (y ultraderechista) partido “Vox”, que si bien marginal en el presente, le disputa ese espacio neofascista al PP y pretende hacerse con el Gobierno en España, y para ello organizó un encuentro en Madrid (especia de Internacional de la ultraderecha), a semanas de las elecciones parlamentarias de la Unión Europea.
Milei y su séquito se burlan del pueblo argentino y su sufrimiento. Ahogados en su propia soberbia, creen resignificar la historia política y social de la Argentina, desmereciendo sus mejores momentos y experiencias que lograron que el movimiento obrero argentino sea el más digno de la región y del continente todo.
En ese mismo desprecio por el pueblo, sus tradiciones, creencias y cultura política, se olvidan que el pueblo argentino aprendió a hacer tronar el escarmiento, cada vez que lo consideró necesario.