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Control digital, elecciones, noticias falsas, explotación de recursos naturales y disputa entre Estados y supermillonarios: el trasfondo del conflicto entre Elon Musk, Lula y la Justicia de Brasil

Por Maximiliano Borches. En un mundo cada vez más desigual donde muy pocos ostentan escandalosas fortunas, y en medio de la revolución tecnológico/comunicacional más importante de la historia de la humanidad, que imprime nuevas orientaciones tanto en las relaciones sociales, como en el discurso y prácticas educativas, y sobre todo en la constitución de nuevos paradigmas socioculturales, uno de los principales conflictos con los que se enfrentan los países denominados “subdesarrollados” o –como gusta decir a simpáticos librepensadores liberales- “Economías emergentes”, se da entre Estados y supermillonarios y/o corporaciones financieras del tipo de los Fondo Buitre (BlackRock, Goldman Sachs, entre otros). Parte de esta nueva disputa de poder global se desarrolla por estos días en Brasil, entre la justicia de ese país, su presidente, Luiz Inácio “Lula” da Silva y el megamillonario Elon Musk, propietario de “X” (exTwitter), Space X (Starlink), Tesla y The Boring Compañy, Nuralink y xAI, que ostenta una fortuna de 210 mil millones de dólares, según Forbes.

«Cualquier ciudadano, de cualquier parte del mundo, que tenga una inversión en Brasil está sujeto a la Constitución brasileña y a las leyes brasileñas. Por lo tanto, si el Tribunal Supremo ha tomado una decisión para que los ciudadanos cumplan con ciertas cosas, tienen que cumplirla o tomar otro curso de acción», afirmó el presidente de Brasil, Luiz Inácio «Lula» da Silva.

Y añadió: «No porque el tipo tenga mucho dinero puede ser irrespetuoso. Es un ciudadano americano, no es un ciudadano del mundo. No puede ir por ahí ofendiendo a presidentes, ofendiendo a diputados, ofendiendo al Senado, ofendiendo a la Cámara, ofendiendo al Tribunal Supremo».

Detrás de la investigación del Superior Tribunal Federal (STF) se encuentran redes sociales que difunden las llamadas “noticias falsas”, con perfiles falsos, bots y algoritmos de burbujas sociales que ya demostraron ser armas políticas eficientes y capaces de cambiar el rumbo de la vida de millones de personas a la hora de influir sobre el voto. Este tema cobró especial relevancia durante la elección de Trump en 2020 y comenzó a reproducirse en disputas electorales de extrema derecha en todo el mundo, incluida Argentina con la llegada al gobierno de Javier Milei, y Brasil con el ascenso del bolsonarismo.

Resulta de vital importancia destacar que el megamillonario Elon Musk (amigo de Donald Trump, quien le prometió un cargo de asesor en su gobierno, si resulta ganador en las elecciones del próximo 5 de noviembre), busca desde hace un tiempo profundizar su influencia política en Brasil, que incluye la disputa por el tráfico de información digital y la inserción de su plataforma de internet satelital Starlink (vigente ya en Argentina) en el mercado brasileño, con el objetivo de hacerse con el monopolio del tráfico de datos, y también abrir espacio para aprovechar la minería de litio de los yacimientos brasileños.

Según afirma Gabriel Biro, de Esquerda Diario de Brasil, el negocio real que persigue Elon Musk, como nuevo colonizador digital, es vender servicios de Internet vía satélite y construir un verdadero monopolio del tráfico digital. Actualmente hay alrededor de 9.700 satélites operativos orbitando la Tierra, de los cuales 5.400 son de Starlink. En otras palabras: el 56% ya forma parte de la red de Musk y la proporción pronto debería alcanzar el 75% si las operaciones de lanzamiento de Starlink continúan según lo previsto. El sistema de comunicación de las flotas de la Armada de Brasil ya utiliza el servicio Starlink. Después de la escalada del conflicto con Alexandre de Moraes, debido a toda la polémica que repercutió en los medios, Starlink acaba de convertirse en el mayor operador de internet satelital de Brasil, según el balance de accesos de banda ancha publicado por Anatel el pasado 1 de julio de 2024.

Además del servicio de internet convencional, la operación satelital elimina el cableado de la infraestructura brasileña, que fue construida en acuerdos con el Estado. De esta manera, el flujo de datos operado vía satélite queda fuera del alcance de la legislación y el control nacionales. En la práctica, significa, por ejemplo, que ante el actual bloqueo de X a través de infraestructura cableada, quienes acceden a Internet vía satélite podrán seguir accediendo a esta red social con normalidad. Esto es válido para cualquier tipo de control nacional del tráfico de datos a través de Internet.

El filósofo, semiólogo y teórico de los medios de comunicación de origen canadiense, Marshall McLuhan, afirmaba que: «El medio es el mensaje», entendido esto -según sus palabras- como: «dejar de lado una de las característica más importantes de los medios: su poder para modificar el curso y funcionamiento de las relaciones y actividades humanas. En consecuencia, el «mensaje» de un medio, como todo cambio de escala, ritmo o pautas que ese medio provoca en las sociedades o en la cultura.»

Además, una vez que se utilicen los servicios de Internet de Starlink, los datos transmitidos estarán bajo el control de Musk y sus satélites privados. En otras palabras, Starlink pretende ser el monopolio global del acceso a Internet vía satélite.

Contexto

Desde el pasado sábado 31 de agosto, las principales operadoras de internet de Brasil Vivo, Claro y Oi, comenzaron a bloquear el acceso a la red social X en todo el país. Dicha suspensión fue ordenada el último viernes por el juez del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, Alexandre de Moraes, luego de que el megamillonario estadounidense Elon Musk (adorado por el presidente argentino Javier Milei, el esperpento), incumpliera la orden de nombrar, en un plazo de 24 horas, un representante legal de la plataforma en Brasil.

La sentencia se enmarcó dentro de una investigación por la difusión de noticias falsas (“fake news”) que llevaron a la ocupación de edificios públicos en Brasilia, el 8 de enero de 2023 por parte de seguidores del ex presidente fascista de ese país, Jair Bolsonaro, contra la asunción de Lula. El juez del STF dejó a Musk bajo la sospecha de haber cometido delitos de obstrucción a la justicia, organización criminal e incitación al crimen, por no bloquear las cuentas desde las que salieron una serie de noticias falsas (fake news)

El episodio actual, que se desarrolla en los nuevos conflictos geopolíticos entre Estados y megamillonarios / corporaciones financieras internacionales denominadas “Fondos buitre”, se desarrolla a poco más de un mes de las elecciones municipales en Brasil, que son de gran importancia en ese país, y ante la sospecha de que “X” (ex Twitter) pueda ser utilizada por el bolsonarismo para difundir fake news e intentar influencias al público. Un dato a destacar, es que Brasil es uno de los países del mundo con más usuarios activos de X, con más de 20 millones de usuarios.

El juez del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, Alexandre de Moraes, y el multimillonario estadounidense, Elon Musk.

En este sentido, y durante una entrevista con el canal de televisión Globonews, el presidente de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones de Brasil (Anatel), Carlos Manuel Baigorri, dijo que la orden ya fue transmitida a los proveedores de Internet.

“Como estamos hablando de más de 20.000 empresas, cada una tendrá su tiempo de implementación, pero… esperamos que probablemente durante el fin de semana todas las empresas puedan implementar el bloque”, indicó Baigorri.

Por su parte, el juez Moraes también convocó inicialmente a Apple y Google a “implementar barreras tecnológicas para impedir el uso de la aplicación X por parte de usuarios de los sistemas iOS y Android” y bloquear el uso de aplicaciones de redes privadas virtuales (VPN).

Sin embargo, más tarde esa noche, el juez eliminó la parte que mencionaba a Apple y Google “hasta que haya una declaración de las partes (X y Musk) en el caso, para evitar posibles interrupciones innecesarias a empresas de terceros (Apple y Google)”.

La decisión impone una multa diaria de 50.000 reales (R$) a las personas y empresas que intenten seguir utilizando X a través de VPN.

El plazo dado a X para designar un nuevo representante legal en el país expiró el viernes último y una hora después, la red social de Elon Musk anunció que no cumpliría.

Musk respondió el viernes último publicando en X que Brasil estaba “cerrando la fuente número uno de verdad” y que su “régimen opresivo” tenía “tanto miedo de que la gente se enterara de la verdad que llevaría a la quiebra a cualquiera que lo intentara”.

La disputa comenzó en abril, cuando Moraes ordenó la suspensión de decenas de cuentas por supuestamente difundir desinformación, una petición que Musk denunció como censura.

La orden de Moraes de abril a X de bloquear algunas cuentas surgió de una investigación sobre las «milicias digitales» que respaldaron los intentos del expresidente Jair Bolsonaro de mantenerse en el poder después de su derrota electoral de 2022. Después de que Musk se negara a cumplir, el juez lo incluyó en su investigación.

El miércoles pasado, Moraes dio a la empresa 24 horas para nombrar un nuevo representante legal en Brasil –un requisito para las empresas extranjeras que operan en el país– “so pena de suspensión inmediata de las actividades de la red social”.

En la publicación en la que anunciaba su incumplimiento de la orden, X dijo que “no cumpliría con sus órdenes ilegales [de Moraes] de censurar a sus oponentes políticos”.

Cuando se le preguntó el viernes sobre la negativa de Musk a cumplir, Lula dijo: “Todos y cada uno de los ciudadanos de cualquier parte del mundo que tengan inversiones en Brasil están sujetos a la constitución brasileña y a las leyes brasileñas”.

El presidente Lula dijo que Musk “debe respetar la decisión de la Corte Suprema brasileña… Si no, este país nunca será soberano”.

El jueves último también se reveló que el 18 de agosto, un día después de que Musk anunciara el fin de las operaciones de X en Brasil, Moraes bloqueó las cuentgas bancarias locales del proveedor de satélite e internet de Musk, Starlink. El objetivo era hacer cumplir las multas impuestas a X –hasta este viernes, R$ 18,3 millones por negarse a eliminar perfiles acusados ​​de promover actos antidemocráticos y noticias falsas.

Las dos empresas forman parte del imperio empresarial de Musk, que incluye la empresa de cohetes SpaceX y la empresa de coches eléctricos Tesla. El multimillonario es propietario de X y del 40% de SpaceX y es el director ejecutivo de Tesla.

Los expertos legales criticaron  la decisión de Starlink. Argumentan que se trata de una empresa diferente (aunque propiedad de Elon Musk) y no debería ser considerada responsable de los asuntos relacionados con X.

En un correo electrónico a sus clientes, Starlink criticó la decisión y afirmó: “Aunque esta solicitud ilegal puede afectar nuestra capacidad de recibir su pago mensual… continuaremos brindándole servicios de forma gratuita, si es necesario”.

Starlink, que es el proveedor de Internet dominante en Amazon, que hace poco tiempo desembarcó en la Argentina, y sigue operativo por ahora en Brasil.

El viernes pasado, Starlink presentó una solicitud ante la Corte Suprema para que se suspenda la decisión de Moraes y se descongelen sus cuentas bancarias o, si esta solicitud es denegada, que el congelamiento se limite al total de las multas contra X. No hay ninguna indicación de cuándo se revisará la solicitud.

En Argentina, con la fusión de Clarín y Telecom en 20017, nació el imperio infocomunicacional

Si hasta hace unos años se hacía referencia al Grupo Clarín como un «monopolio», con la fusión de los grupos Cablevisión Holdings y Telecom entramos de lleno a una etapa superior, ya que nació el mayor conglomerado infocomunicacional de la historia argentina. El mismo concentra hoy el 42% de la telefonía fija, el 34% de la telefonía móvil, el 56% de las conexiones a internet por banda ancha fija, el 35% de conectividad móvil, y el 40% de la TV paga.

Con esta fusión de características ya no monopólicas, sino «imperiales», en el sentido de la generación de las pautas informativas a ser consumidas por el gran público -el control informativo- y el manejo mayoritario de las comunicaciones y los accesos a las mismas, los grupos Clarín y Fintech crecen en poderío, ya que el Grupo Clarín es dueño del 60% de Cablevisión Holdings, en tanto que Fintech controla el 40% restantes de sus acciones, y Telecom pasó a ser controlada casi en su totalidad por Fintech, desde que asumió el gobierno de Mauricio Macri.

El aspecto más peligroso de esta fusión, es la concentración desmedida y anti-competitiva de los mercados de la información y la comunicación, que supera aún más, los niveles de concentración monopólica del Grupo Clarín, conocidos hasta el momento.

El filósofo, semiólogo y teórico de los medios de comunicación de origen canadiense, Marshall McLuhan, afirmaba que: «El medio es el mensaje», entendido esto -según sus palabras- como: «dejar de lado una de las característica más importantes de los medios: su poder para modificar el curso y funcionamiento de las relaciones y actividades humanas. En consecuencia, el «mensaje» de un medio, como todo cambio de escala, ritmo o pautas que ese medio provoca en las sociedades o en la cultura.»

Con información de Forbes, The Guardian, DW y La

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