Por Maximiliano Borches. La maldita pandemia del coronavirus cumplió con el mandato fallido de tantos verdugos, vendepatrias y ortivas de turno. A los 84 años, y en plena función de su cargo como embajador del Gobierno de TODOS ante la UNESCO, en París, falleció el genial Fernando “Pino” Solanas. Hacedor del cine político argentino, y fundamentalmente, nexo invaluable entre Juan Perón durante su etapa de exilio madrileño y aquella “juventud maravillosa”, que logró tocar el cielo con las manos en la segunda etapa del renacer justicialista en nuestro país. Como artista, fue un verdadero embajador de la cultura argentina.
Con profunda tristeza, los argentinos y decenas de miles de ciudadanos de otros países, amanecimos con la noticia de la muerte de Fernando Ezequiel “Pino” Solanas, quien llevaba días internado en una clínica parisina por haber contraído el primer mal del siglo XXI: el maldito coronavirus, que en casi ocho meses ya se cargó las vidas de casi 49 millones de personas en todo el mundo, y de más de 32 mil solo en nuestro país.
Pino perteneció a la generación de los grandes hombres y mujeres de la Argentina. Profundamente peronista, siempre estuvo al lado de los más humildes, de los condenados de la tierra, de los que la hipocresía de un sistema decadente que aún perdura y se encarga de invisibilizar sin éxito, porque la desigualdad cada día es más visible.
Su arma fue el cine. Su gatillo, esa brillante y enorme cabeza creativa que nunca dejó de mirar mucho más allá, de lo que el manto de mediocridad impone. Esa mediocridad de la que tristemente varios se vanaglorian.
Junto a otros dos titanes de esa época política y cultural de la Argentina, Octavio Getino y Gerardo Vallejo, crearon el “Grupo cine Liberación”. Una verdadera revolución político/artística. Desde esa experiencia colectiva, concibieron films de la envergadura de “La hora de los hornos” (1968), “Los hijos de Fierro” (1975), y las monumentales “Perón, actualización política y doctrinaria para la toma del poder” y “Perón, la revolución justicialista”, ambos rodados en octubre de 1971 en Puerta de Hierro, la casa madrileña donde el líder popular Juan Domingo Perón pasó la mayor parte de su exilio forzoso, hasta su regreso definitivo a la Argentina.
Previo a su exitoso paso por la política, que lo tuvo como co-fundador del FREPASO en la década del ’90, y en la que ocupó cargos como diputado, senador, candidato a Presidente (2007), y el último: embajador argentino por el Gobierno de TODOS ante la UNESCO, Pino realizó magníficos films, atravesados por esa ensoñación que Gabriel García Márquez muy bien definió como “realismo del sur”, con ribetes del surrealismo francés de las décadas del ’20 y ’30 del pasado siglo XX. En la exquisitez de su obra fílmica de ficción, se destacan “Sur” (1988) y “El exilio de Gardel” (1985).
La triste partida de “Pino” Solanas, se enmarca en la actual etapa de dolor global, producto de la trágica pandemia que lejos de finalizar su macabro paso, continúa desplegando su ejército de muerte que azota al mundo como salido de una especie de Caja de Pandora.
Nos queda su obra. Nos quedan las palabras, pensamientos y reflexiones del gran Fernando Ezequiel “Pino” Solanas.
Su filmografía completa:
Documentales:
La hora de los hornos (1968)
Argentina, Mayo de 1969: los caminos de la liberación (1969)
Perón, la revolución justicialista (1971)
Perón: Actualización política y doctrinaria para la toma del poder (1971)
Memoria del saqueo (2004)
La dignidad de los nadies (2005)
Argentina latente (2007)
La próxima estación (2008)
Tierra sublevada: Oro impuro (2009)
Tierra sublevada: Oro negro (2010)
La guerra del fracking (2013)
El legado estratégico de Juan Perón (2016)
Viaje a los pueblos fumigados (2018)
Tres en la deriva del caos creativo (a estrenarse en 2020)
Ficción
Seguir andando (1962)
Reflexión ciudadana (1963)
Los hijos de Fierro (1975)
El exilio de Gardel (1985)
Sur (1988)
El viaje (1992)
La nube (1998)
Afrodita, el sabor del amor (2001)