Por Maximiliano Borches. El entendimiento comercial firmado por los bloques del Mercosur y la Unión Europea (UE) –aún no es un convenio- es la expresión del nuevo reordenamiento geopolítico que pretenden imponer las potencias centrales. De esta manera, quieren reconvertir a los países llamados “periféricos” (como el nuestro), en meros productores de materias primas, y por consiguiente, poner fin a sus industrias y a la calidad del trabajo que emana de éstas. El desafío político/comercial/económico de la segunda década del Siglo XXI, pasa por abarrotar los mercados locales de productos extranjeros. Los océanos rebalsan de buques mercantes cargados con miles de containers.
Sin que todavía tenga el estatus de “Convenio”, como pretende imponer a través de sus vasos comunicantes que generan “sentido común”, el gobierno de coalición PRO-UCR-ARI-Pichetto en Cambiemos, la firma del entendimiento entre los bloques del Mercosur y la Unión Europea, resuelta tras 20 años de negociaciones, es el primer paso a una estrategia de reordenamiento económico y productivo global, a través del cual las potencias centrales pretenden imponer en nuestros países americanos, un carácter de simples proveedores de materias primas, como sucedió desde la segunda mitad del Siglo XIX hasta la década del ´40 del siglo XX, cuando los anfitriones del liberalismo económico y el conservadurismo político, recibían caricias en el lomo por parte de las embajadas británicas desparramadas en América del Sur, tras la destrucción del soberano Paraguay comandado por el mariscal Francisco Solano López, y tras los genocidios de gauchos federales.
“El anuncio del acuerdo político entre el Mercosur y la Unión Europea no es una buena noticia para numerosos sectores productivos y del trabajo de nuestro país y del Mercosur. Las negociaciones que comenzaron en el año 1995 sufrieron una serie de avances y retrocesos en función de las demandas y las concesiones que cada una de las partes estuviera dispuesta a ceder”, precisa la declaración del PJ que reproducimos íntegra al final de la nota
En términos constitucionales, dicho firma de entendimiento Mercosur-UE, deberá ser convalidada por los Parlamentos locales, para que pueda continuar con el curso de su camino de dependencia, o bien reciba el freno necesario en beneficio de nuestras industrias locales, que generan valor agregado en nuestros productos para que sean exportables, y por consiguiente, también generan trabajo de calidad.
“El Partido Justicialista lamenta el anunciado pre acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur. Se trata de una negociación que se ha desarrollado por parte del Mercosur en el mayor de los hermetismos, opacidad, sin dar ningún tipo de información ni participación a los sectores productivos afectados ni a los Parlamentos de cada uno de los países miembros”
Por lo demás, el infantil video que el macrismo se encargó de viralizar a través de redes sociales y medios de comunicación acólitos, donde se lo ve al triste Canciller argentino, Jorge Faurie, expresar “emoción” junto a otros funcionarios por el paso dado, durante una comunicación mantenida con el empresario-presidente Mauricio Macri, no es más que la patética representación de la sonrisa de los bufones en las cortes extranjeras.
Ver:
Buenos Aires, 29 de junio de 2019
Declaración del PJ sobre el anunciado pre acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur
El Partido Justicialista lamenta el anunciado pre acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur. Se trata de una negociación que se ha desarrollado por parte del Mercosur en el mayor de los hermetismos, opacidad, sin dar ningún tipo de información ni participación a los sectores productivos afectados ni a los Parlamentos de cada uno de los países miembros.
El anuncio del acuerdo político entre el Mercosur y la Unión Europea no es una buena noticia para numerosos sectores productivos y del trabajo de nuestro país y del Mercosur. Las negociaciones que comenzaron en el año 1995 sufrieron una serie de avances y retrocesos en función de las demandas y las concesiones que cada una de las partes estuviera dispuesta a ceder.
En el año 2010 los Presidentes del Mercosur estuvieron de acuerdo en retomar las negociaciones bajo el compromiso de lograr un acuerdo equilibrado que contemplara las asimetrías entre ambas regiones y que beneficiara el trabajo y la producción de nuestros países.
El cambio de gobierno en la Argentina y Brasil marcó un punto de inflexión en las negociaciones. A pesar del secretismo en que se desarrollaron las mismas, han trascendido las importantes concesiones unilaterales realizadas por el Mercosur en detrimento del trabajo y de importantes sectores de la producción nacional, en particular de la industria y de las economías regionales. También se conocen varios aspectos que declinan decisiones soberanas sobre política económica y subordinan la legislación y jurisdicción nacional.
El acuerdo alcanzado va mucho más allá́ de la desgravación arancelaria para un universo de bienes — entre ellos automotores, autopartes, textiles, indumentaria, medicamentos, lácteos, industrias vitivinícola y olivícola, etc.- sino que además avanza sobre un conjunto de normas de propiedad intelectual, denominaciones de origen, reglas de origen, compras gubernamentales, comercio de servicios, comercio electrónico, etc. sin reconocer las asimetrías entre ambas regiones ni contemplar un trato especial y diferenciado a favor del Mercosur, principios básicos de las negociaciones comerciales entre actores de muy distinto grado de desarrollo.
El Mercosur ha realizado importantes concesiones a cambio de casi nada en materia de acceso al mercado agroalimentario europeo, mientras que las importaciones europeas se multiplicarían, especialmente en el caso de los bienes industriales y los servicios, pero también en productos derivados del agro, a la vez que perderíamos las preferencias en el mercado brasileño que es el principal destino de nuestras manufacturas de origen industrial.
El Tratado, que aún tiene varios puntos sin concluir, deberá́ ser aprobado por el Consejo de ministros de la UE , luego por el Parlamento Europeo y finalmente por los 28 países, afecta seriamente la posibilidad en el Mercosur de llevar adelante una política industrial y de empleo que nos permita alcanzar un desarrollo sostenible y una integración productiva como región.
El Gobierno de Macri aceleró el “acuerdo político” del Tratado a cualquier precio, con el único objetivo de llegar a las elecciones con supuestos éxitos diplomáticos sin importarle los importantes costos internos que en materia de trabajo y producción deberemos pagar en el futuro el conjunto de los argentinos.
Como partido político de oposición e integrante del Frente de Todos, recordamos al gobierno de Macri que esta vez no podrá́ eludir la revisión parlamentaria de lo que termine firmando, y aseguramos al Pueblo Argentino que revisaremos cuidadosamente los compromisos asumidos irresponsablemente por los funcionarios a espaldas de todos y defenderemos sin concesiones la producción y el trabajo Argentino.
José Luis Gioja | Presidente Partido Justicialista Nacional
Jorge Taiana | Responsable de los Asuntos Internacionales. Consejo Nacional del Partido Justicialista