Joaquín Salvador Lavado tuvo una extensa y aclamada carrera que lo llevó a recibir distinciones como la Orden Oficial de la Legión de Honor en Francia y el Premio Príncipe de Asturias en España. «Cuando pienso en que voy a abrir el periódico y no van a estar mis dibujos, me da más angustia y sigo dibujando. Es como ese jefe de estación que se jubila, pero vuelve todos los días para ver si los trenes pasan a horario». Crisitna Fernández de Kirchner, se sumó a los homenajes vía Twitter.
La noticia fue confirmada por su editor, Daniel Divinsky. «Se murió Quino. Toda la gente buena en el país y en el mundo, lo llorará», escribió en su cuenta de Twitter quien estuvo al frente de Ediciones La Flor, sello emblemático para el mendocino.
Desde hace años Quino sufría problemas de salud por los cuales se había retirado de la vida pública: en silla de ruedas y con poca visión, fueron contadas las ocasiones en que se lo pudo ver de un tiempo a esta parte. En los últimos días sufrió un accidente cerebro vascular y, a pesar de que los médicos lograron estabilizarlo, su estado se complicó.
El historietista era hijo de inmigrantes andaluces y había nacido en Mendoza el 17 de julio de 1932. En 1945, al morir su madre, inició estudios de dibujo en la Escuela de Bellas Artes de Mendoza, pero cuatro años después abandonó al decantarse por el mundo gráfico y la historieta con el nombre de Quino, como lo llamaban de pequeño para distinguirlo de su tío, el ilustrador Joaquín, quien despertó su vocación de dibujante.
Galardonado en 2014 con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, a lo largo de su trayectoria recibió infinidad de distinciones como la Encomienda de Isabel la Católica de España y la Medalla de la Orden de la Artes y las Letras de Francia y la insignia de oficial de la Legión de Honor francesa.
15 de octubre de 2012. Inolvidable momento durante la inauguración del Centro Cultural Julio Le Parc en Mendoza.
Quino y la “changuita” de gobernar Argentina.
Hasta siempre maestro. pic.twitter.com/xjo6U8i8Eo— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) September 30, 2020
Quino y Mafalda
Joaquín Salvador Lavado, tal como era su nombre, representó al arte argentino en todo el mundo, con las innumerables traducciones de Mafalda, la niña contestataria que nunca pierde vigencia. En más de 30 idiomas, Mafalda habló -a través de Quino- de problemáticas que desde su creación, hace 56 años, siguen siendo protagonistas: desigualdad de género, prejuicios, guerras, clasismo, fuga de cerebros, estereotipos y más.
Aunque Mafalda nació en 1962, su llegada a los medios se produjo el 29 de septiembre de 1964. La niña rebelde surgió por el encargue de una marca de electrodomésticos que finalmente no la tomó para sus publicidades. Entonces, Joaquín Lavado le mostró la obra al periodista Julián Delgado, quien la llevó a las páginas de “Primera Plana”. Más tarde, se publicó también en “El mundo” y “Siete días ilustrados”.
Dentro de sus cuadros, se describió con ironía y acidez a la clase media urbana argentina de la década del sesenta. Por eso, resultaban conocidos ese Citroen que no funcionaba, el zapato roto de Mafalda que no podía ser reemplazado o el “palito de abollar ideologías” usado por la Policía.
Guille, Manolito, Miguelito, Libertad y Susanita la acompañaron en sus aventuras. Quino manifestó en varias oportunidades que para inspirarse en cada personaje, tomó características de gente de su entorno. Así, el hermanito de Mafalda tenía rasgos de un primo y Felipe absorbió su propia timidez.
La obra cumbre del mendocino se publicó poco más de diez años y salió a la luz por última vez el 25 de junio de 1973. Sin embargo, a 63 años de su creación, nunca perdió vigencia.