En diálogo con Mariano Moreno Noticias, Gabriel Muñiz, responsable de la Unión Industrial de Moreno, se refirió a la crítica situación que atraviesa la industria en Moreno, la provincia y el país en su conjunto.
Realicemos una breve introducción sobre la importancia de las PYMES en Argentina y el impacto del modelo de Cambiemos en la péqueña y mediana industria…
Algunos datos particulares, las PYMES industriales a nivel nacional somos aproximadamente un poco más de 108.000 empresas. En estos últimos tres años, el gobierno de Cambiemos cerró, según datos oficiales, entre 9.500 y 10.000 PYMES, es decir casi el 1% del universo nacional. Ahora bien, es necesario marcar que las PYMES producimos el 80% del empleo de calidad en Argentina, y ese empleo es netamente mercado interno, por lo tanto, si se trastoca el mercado interno se ataca directamente la producción de las PYMES. Lo que quiero decir es que este último tiempo se han perdido 120.000 empleos como producto de las políticas que se han implementado. También es necesario señalar que las PYMES somos las generadoras del casi el 45% del PBI nacional y de casi el 85% del PBI de la provincia de Buenos Aires, de allí la importancia de la actividad de nuestro sector. Resumiendo somos los generadores del 80% del empleo, y de ese 80% casi el 90% está conformado por empresas que tienen menos de 10 empleados, esa capacidad productiva produce el 45% del PBI nacional y el 85% del provincial, es por ello importante trabajar estratégicamente para defender y desarrollar éste sector. Ahora podemos en función de éste marco, plantear cómo estamos a nivel municipal.
¿Cuál es la situación del sector industrial en el municipio de Moreno?
Empresas registradas en el Municipio son aproximadamente 366, de las cuales han cerrado su actividad 61 eso implica que el porcentaje de cierre es 17%, es decir 17 veces más que el promedio nacional, y esto no es porque no existan desde el ámbito municipal propuestas, hay un parque industrial y faltan empresas para que se instalen, esto no se va a lograr si no se construyen políticas activas que sostengan la producción nacional y el desarrollo del mercado interno, lo que significa, muy sintéticamente, más y mejores salarios que es lo que estamos queriendo pedir a gritos permanentemente en las PYMES.
¿Qué balance hacen de los 3 años de gestión que la alianza Cambiemos cumplió en el poder, en relación a su actividad?
Con respecto al balance de los últimos tres años claramente éste modelo no favorece en absoluto el desarrollo de las PYMES. Muy sintéticamente, se abrió en forma descontrolada la importación de productos que fabrican nuestras empresas. Se trabajó desde el gobierno en forma creciente, incesante y desmedida, políticas que contribuyan a vaciar el mercado interno. Se incentivó con tasas absolutamente desmedidas las políticas de especulación financiera contra la actividad productiva. Se realizaron incremento de tasas en los servicios públicos que llegan hasta el 2500 % con todo lo que eso implica. Gran parte de nuestras empresas que han cerrado es por no poder pagar estas altas tasas de servicios públicos. Esto implica una transferencia de recursos formidable de nuestros sectores productivos a nuestros sectores especulativos. Esa transferencia no solamente se visibiliza en nuestras empresas, sino que también en nuestros asalariados. Lo que implica contar con menores recursos, y por ende con muchas menos posibilidades de inyectar esos recursos genuinos en el desarrollo del mercado interno, generando así una espiral contractiva y destructiva que básicamente arrastra todo el conjunto de la sociedad, sólo un pequeño grupo es beneficiario de éste modelo: bancos, agro-negocios, empresas energéticas y mineras. Estos sectores quieren sostener, a cualquier costo, la implementación de éste modelo. Se han negociado gran parte de nuestros recursos estratégicos, léase como caso más emblemático vaca muerta. Se ha endeudado al país en casi el 95% de su PBI, se han contraído deudas a 100 años, se ha despedido personal del Posadas, se ha desfinanciado a la ciencia, y la lista sigue y sigue. Esto no es un fracaso económico, es un vaciamiento exitoso. Aquí no hay errores ni excesos. Lo que existe es un plan para atarnos a los intereses extranjeros y transformarnos en colonia, para que, desde afuera ellos sean nuestros gerentes administradores, ¿a qué apostar entonces para salir de esta coyuntura en un contexto internacional tan complejo como el que vivimos? Sin duda “la grieta” no es otra cosa que la discusión sobre cómo distribuir la riqueza, la misma que generamos todos los ciudadanos de a pie. Hoy se sabe que a nivel mundial sólo 26 personas tienen el poder económico de casi 3.600 millones. Esa enorme inequidad es la que hay que romper, la Argentina supo cómo hacerlo y por eso los golpes cívico-militares que quisieron arrastrar cuando desarrollo industrial se alcanzara por estos lados.
Por lo visto usted tiene una clara teoría alrededor de la vieja discusión sobre los dos famosos “modelos de país”…
Claro. Entiendo que la causa principal del subdesarrollo argentino es geo-política. En el centro del ajedrez económico que nos condena está la historia de la ciencia y la tecnología argentinas. Comparen brevemente que exporta Corea y qué nosotros, sólo para dar un ejemplo muy sencillo. Corea exporta electrónica, dispositivos de cristal líquido, barcos, auto partes, fabrican transformadores, interruptores, potencias, etc., Argentina soja y otros productos primarios, del agro, además de pocos autos, con escasos componentes nacionales. Ésta es la grieta y no otra. Ser un país capaz de producir o de transformar la materia prima en productos con valor agregado, o en ser sencillamente un país que sólo genere productos primarios. A esto nos quieren llevar. Si analizamos detenidamente el desarrollo de los últimos años en materia de ciencia y tecnología podemos verificar todo esto. En 1922, se crea YPF, en 1940 los laboratorios de investigación y desarrollo. En 1927 en aeronáutica empezamos la fabricación de aviones, en 1946 la producción pública de medicamentos. En 1953 la creación de Astilleros Rio Santiago, la que hoy quieren dinamitar. En 1960 empezamos a hacer cohetes con la comisión nacional de investigaciones espaciales. Entre el 60 y el 63 en la Facultad de Cs. Exactas y Naturales se crea el Instituto del Cálculo, aparece la primera computadora científica denominada “Clementina”. Fate abre su división de electrónica a comienzos de los años 70. Fapesa desarrolla productos de alta complejidad para la época a mediados de los 70. El gobierno de Menem cierra el desarrollo de cohetes en 1991. Nuestros científicos, de todas maneras, no tienen cura, continuaron y aprendieron tecnología satelital y así aparecen el Malbran, universidades públicas (la UTN por ejemplo), el INTA, el CONICET, SIAM (la empresa metal mecánica más grande de toda Latinoamérica, la hicieron trizas las políticas de mercado de Martínez de Hoz y sus secuaces). Así y todo logramos desarrollar reactores nucleares y poner dos satélites en el espacio, hoy casi a punto de privatizarse. Si la Argentina produjera exportaciones en alguno de los sectores que nombre, hoy seríamos un país desarrollado. Ésta es la verdadera grieta, entre los que especulan, y los que apuestan a la producción, la ciencia y la tecnología para el desarrollo con inclusión social. Para transformar esto es necesario desarrollar proyectos conjuntos entre universidades, empresas, municipios y trabajadores, se puede hacer, hace falta voluntad política.