Las obras de construcción de las represas de Santa Cruz Presidente Néstor Kirchner y Gobernador Jorge Cepernic se encuentran paralizadas desde fines del 2023. Según detallaron, el Gobierno nacional no solicitó los nuevos desembolsos a los banco chinos que llevan adelante la financiación. Tampoco se hicieron giros con recursos propios, por lo que las empresas a cargo de la obra se vieron obligadas a suspender a unos 2.800 empleados. La UOCRA asegura que por el parate de la actividad se perdieron a nivel país más de 100.000 puestos de trabajo en dos meses.
La relación diplomática entre Argentina y China no está pasando su mejor momento. Luego de los agravios que propinó el presidente Javier Milei a su par Xi Jingping durante la campaña electoral, hubo algunos “esfuerzos” por parte de la canciller Diana Mondino para recomponer los vínculos: reuniones con el embajador del gigante asiático y hasta con su par Wang Wei.
Sin embargo, estos acercamientos no fueron suficientes para retomar los proyectos que se estaban trabajando en conjunto. No se realizó el desembolso del nuevo tramo del swap, que el ex presidente Alberto Fernández había anunciado a finales del año pasado, y no avanzó ninguna de las iniciativas acordadas en el marco de la adhesión de Argentina a la Ruta de la Seda. Y según confirmaron a Ámbito fuentes cercanas al proyecto, se frenaron por completo las obras en curso en las hidroeléctricas de Santa Cruz.
Sobre este punto, las fuentes consultadas aseguraron que “pese a que las nuevas autoridades de ENARSA habían mostrado interés en que se continúen las obras, el Ministerio de Economía, que es el cliente del crédito, aún no solicitó a los bancos chinos los próximos desembolsos”. La obra lleva invertidos unos u$s1.850 millones y para esta nueva etapa se esperaban unos u$s520 millones comprometidos con anterioridad.
Las fuentes ratifican el interés de las empresas por el megaproyecto, que aportará casi 212% de hidroenergía extra en el país, y apelan a continuar y finalizar la obra. «Es necesario que el Estado nacional pida los fondos del séptimo desembolso del crédito chino para poder tener recursos con que hacer la obra. El cliente de la obra es el Estado nacional. Las empresas no pueden hacer la gestión para pedir ese dinero, es el Estado nacional el que lo tiene que pedir», detallan.
El nivel de avance de la Jorge Cepernic es del 45%, mientras que la Néstor Kirchner va por el 20%. Entre las dos centrales, sumarán una potencia instalada de 1.310 MW. El crédito total chino es por u$s4.714 millones, con cinco años y medio de gracia a partir del inicio de la construcción, y 15 años para el pago del capital y los intereses.
«Estamos con toda la intención e interés de continuar la obra, de hecho estamos trabajando con las nuevas autoridades del ENARSA con ese fin. Desde el comienzo de la obra siempre hemos trabajado para realizar los esfuerzos y las gestiones necesarias para cumplir con nuestras obligaciones. No será diferente en esta etapa del proyecto», completaron.
Al mismo tiempo, con la parálisis de la obra pública tampoco se giraron fondos del Tesoro que en última instancia podrían ser compensados posteriormente por China, tal como sucedió el año pasado. Con este escenario, las empresas tuvieron que suspender a la totalidad del personal, de casi 3.000 empleados que en este momento están cobrando un 80% del sueldo, pero cuyas fuentes de trabajo corren riesgo.
La parálisis también afecta a los miles de trabajos indirectos que rodean a la obra, de las localidades cercanas al aprovechamiento hidroeléctrico, que una vez en marcha, permitiría la sustitución de importación unos u$s1.400 millones al año en energías.
Complejo panorama para la obra pública y la construcción
El panorama en el sector no es el más alentador. Según cálculos de la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA), en apenas dos meses se perdieron 50.000 puestos de trabajo directos y otros 100.000 indirectos. El gremio asegura que esto sucede como “consecuencia de la desfinanciación y consecuente paralización de las obras públicas en ejecución por parte del actual gobierno”.
En un comunicado que difundió a principios de esta semana, la UOCRA se declaró en estado de “alerta y asamblea permanente a nivel nacional” porque “la obra privada alcanzó niveles de actividad que compensen la drástica caída de la actividad y nada indica que los privados sustituyan el rol y el financiamiento estatal en materia de infraestructura”. Con estos argumentos se movilizarán este jueves a la Secretaría de Trabajo.
Para la continuidad de las obras en las represas patagónicas también es clave la firma de la Adenda XII que actualice los montos por inflación y reconozca gastos operativos extras en pandemia. Fuentes diplomáticas aseguran que tampoco hubo avances en ese aspecto. Al parecer, no hay demasiada intención oficial de reactivar las iniciativas pendientes, ni siquiera aquellas que cuentan con financiamiento del exterior.