Opinión. Por Alicia Vicchio. El presidente Alberto Fernández aceptó rápidamente la renuncia presentada por Elizabeth Gómez Alcorta, ahora exministra de Mujeres, Géneros y Diversidad.
Una gestión de decir y poco hacer, de millones que no llegaron ni llegan a los barrios, recursos perdidos en nombramientos, ‘copetines’, fiestitas y escasas políticas públicas
Millones en hablar de violencia de género y pocos hechos para erradicarla, porque a las barriadas humildes no van, a ver si se les queda el taquito en el barro, o se ensucian las botitas Prada, porque con una llamadita a un número telefónico gratuito no se evita las muertes, porque crecen los feminicidios, y no hay espacios para contención REAL, y andan las mistificadoras mintiendo que hacen
«Una burla a quienes sufren. Millones de pesos que se pierden en secretarías, amiguismo, y en el lumpenaje que se queda con todos los vueltos posibles», expresa GLORIA, militante de Moreno, una de verdad, con años de trabajo REAL en los barrios, que no obtiene respuesta ni distrital ni nacional, para la situación de miles de personas en situaciones violentas diarias. No pregona el feminismo, ni falta que le hace. Lo milita todos los días
Chau, «Eli» Alcorta, andá a entregar 1,6 millones a la ‘lof’ patagónica con tu plata, a indignarte sin mencionar jamás que, como abogada, vas a recurrir a la Corte Internacional de Derechos Humanos, y a organizar fiestitas, pero con plata de privados, nunca más «con la nuestra».
Ministra de cartón, au revoir