El gran informe científico sobre cambio climático responsabiliza a la humanidad del aumento de fenómenos extremos. En este sentido, los expertos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), vinculados a la ONU, alertaron que ya se han causado cambios que serán “irreversibles” durante “siglos o milenios”. El secretario general de la ONU asegura que este estudio es “un código rojo” para el mundo.
Ya no se trata de algo más o menos probable, sino de un hecho. El último gran informe de situación del IPCC, el grupo de expertos vinculados a la ONU que lleva más de tres décadas sentando las bases sobre el cambio climático, fulmina al negacionismo y considera como algo “inequívoco” que la humanidad “ha calentado la atmósfera, el océano y la tierra”, lo que ha generado “cambios generalizados y rápidos” en el planeta. La anterior edición de este estudio data de 2013 y desde entonces las evidencias se han multiplicado, al igual que los artículos y análisis científicos que muestran las consecuencias de una crisis que ya ha generado cambios en el clima “sin precedentes” en los últimos miles de años y que en algunos casos serán “irreversibles” durante siglos o milenios. Entre las consecuencias directas, además de la subida de las temperaturas medias, figuran los fenómenos meteorológicos extremos. Se trata de eventos similares alas olas de calor o las lluvias torrenciales que se están viviendo en las últimas semanas por distintas partes del globo y que ya han aumentado en intensidad y frecuencia debido al calentamiento generado por el ser humano, según confirma el informe.
El estudio que se ha hecho público este lunes es el del grupo de trabajo I del sexto informe de evaluación del IPCC y en su elaboración han participado 234 expertos de 66 países. Los científicos han revisado más de 14.000 artículos y referencias publicadas hasta ahora para realizar su síntesis sobre los efectos físicos que ya ha tenido el calentamiento y los posibles escenarios en función de los gases de efecto invernadero que emita la humanidad en las próximas décadas.
Calentamiento global sin precedentes en milenios
Los actuales cambios en el clima «no tienen precedentes» en los últimos siglos e incluso milenios, aseguran los científicos autores del informe.
Por ejemplo, según los expertos del IPCC, la actual concentración en la atmósfera de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero, supera las 410 partículas por millón, la mayor tasa de los últimos dos millones de años.
El nivel del mar ha subido como media unos 20 centímetros entre 1901 y 2018, pero si anualmente se elevaba unos 1,3 milímetros en las siete primeras décadas del pasado siglo, ahora lo hace unos 3,7 milímetros, advierte el informe, en el que se señala que el océano ha sufrido en el último siglo su mayor calentamiento en 3.000 años.
En la pasada década, el área de hielo en el Ártico alcanzó su nivel más bajo desde al menos 1850, subraya el documento, que vaticina que antes de 2050 ese océano quede prácticamente sin hielo marino en al menos uno de sus veranos boreales.
Esos gases se liberan fundamentalmente cuando se queman los combustibles fósiles para generar energía y son los responsables del sobrecalentamiento del planeta. Desde la Revolución Industrial las emisiones no han parado de crecer, llegando hoy a niveles insólitos. Dos ejemplos: la concentración en la atmósfera del dióxido de carbono (CO₂) —el principal de ellos— es la más alta a la que se ha llegado en los dos últimos millones de años; las de metano y óxido nitroso —los otros dos grandes precursores del calentamiento— no habían alcanzado unos niveles tan altos en los últimos 800.000 años. Esto tiene una consecuencia clara: el aumento de la temperatura media global está ya en 1,1 grados respecto a los niveles preindustriales; y el ritmo de calentamiento planetario es tal que no hay precedentes de un proceso similar en al menos los últimos 2.000 años, apunta el informe del IPCC.
El estudio advierte de que el incremento de la temperatura seguirá al menos hasta mediados de este siglo pase lo que pase. A partir de 2050 las cosas se pueden poner realmente complicadas, porque no se logrará que el nivel de calentamiento se quede entre los 1,5 y 2 grados “a menos que se produzcan reducciones profundas en las emisiones de CO₂ y otros gases de efecto invernadero en las próximas décadas”. En el peor escenario, si no se actúa y las emisiones siguen creciendo al mismo ritmo que hasta ahora, el informe estima que a finales de este siglo se llegaría a un incremento de 4,4 grados, algo que multiplicaría también la intensidad y frecuencia de los fenómenos extremos. Los científicos recuerdan que la última vez en la que se llegó a un nivel de calentamiento por encima de los 2,5 grados fue hace tres millones de años, cuando ni siquiera existía el ser humano.
El Acuerdo de París, firmado en 2015, fijó como objetivo principal reducir las emisiones para que el aumento de la temperatura global se quedara entre esos 1,5 y 2 grados. Y los informes del IPCC sirven también para notificar a los gobernantes de los países sobre qué se debe hacer para cumplir esos compromisos. Los expertos plantean varios escenarios de emisiones durante este siglo. En todos se espera que la barrera de los 1,5 grados se supere en los próximos 20 años debido a los gases de efecto invernadero que ha emitido hasta ahora la humanidad y que permanecen en la atmósfera durante décadas. Pero Pep Canadell, director del Global Carbon Project y uno de los científicos responsables del informe del IPCC, explica que la situación todavía no es irreversible: en el escenario de emisiones más optimista aún se puede lograr que el incremento de la temperatura a final de siglo se quede en 1,5 grados aunque pueda haber una superación temporal de ese umbral en los próximos años.
Para quedarse en los 1,5 grados hacen falta reducciones “rápidas, sostenidas y a gran escala”, como explica la climatóloga argentina Carolina Vera, una de las vicepresidentas del grupo de trabajo I del IPCC. Esas reducciones de las emisiones tardarían entre 20 y 30 años en tener efectos en las temperaturas globales. Pero el informe señala que “los beneficios para la calidad del aire llegarían rápidamente”. Además de reducir las emisiones, para cumplir con París se necesitará recurrir a la captura del dióxido de carbono que ya hay en la atmósfera a través de sumideros naturales, como los bosques, o soluciones tecnológicas, añade por su parte Canadell. Eso sí, la captura a través de los sumideros naturales es limitada, por lo que no puede ser la principal solución.
Con información de ONU, DW, El País, EFE