El gran tenista argentino Diego Schwartzman, se metió en las semifinales de Roland Garros tras derrotar 7-6 (1), 5-7, 6-7 (6), 7-6 (5) y 6-2 a Dominic Thiem, el número tres del mundo, en una batalla de tintes épicos que se extendió por cinco horas y ocho minutos en el estadio Philippe Chatrier. El “Peque” concretó un triunfo antológico en el quinto set ante el austríaco Dominic Thiem.
La historia pintaba bien en el segundo set para que el argentino consiguiera una diferencia considerable, pero una volea que le quedó clavada en la red cuando estaban igualados 4-4 lo sacó de partido. «Sigo pensado en eso», exclamó al aire el Peque, en referencia a aquel punto, mientras iba decayendo en su juego. El austríaco tomo posesión del desarrollo del juego y se llevó el parcial por 7-5.
Evidentenmente, la lucha de Schwartzman no es sólo contra Thiem sino también contra sus propios demonios. Sus exclamaciones contra su rincón son interminables y vienen acompañadas de profundos bajones en su juego. «Dejen de decirme ‘vamos’, diganme algo. Estoy desquiciado ya», le espeta el porteño a su tribuna.
Cabeza a cabeza
El historial entre ambos indica que Thiem se impuso en seis de los ocho enfrentamientos que tuvieron, con éxito reciente para el austríaco en su último cruce, en enero de este año por la Copa ATP en Sídney, Australia, por 6-3 y 7-6 (3). En arcilla se encontraron en cuatro ocasiones, con récord favorable para el de 1,85 metro por 4-1. La última victoria del Peque, de 1,70 metro, fue en 2019 en el Abierto de Buenos Aires, por 2-6, 6-4 y 7-6 (5).