Fin de ciclo para la noche neoliberal, que durante cuatro años fue la pesadilla de millones de compatriotas. Este martes 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos –además- el pueblo argentino vuelve a sonreír. El futuro ya no es una incógnita agresiva, es una oportunidad de movilidad social ascendente. El peronismo vuelve a gobernar. El amor florece en el pueblo.
Como en todo proceso político, están los que resisten sin especular ante los diversos rostros de la tiranía, y quienes son cómplices silenciosos o esmerados vasallos de los poderes de turno, que más tarde que temprano, cuando ven finalizar un ciclo, vuelven a cambiarse de camiseta.
Por fuera de esto, donde cada sector, cada individuo, sabrá donde se paró durante estos 1.460 días; la mayoría del pueblo argentino demostró un nivel altísimo de madurez democrática, al canalizar su ira a través del voto. Los urnazos del 11 de agosto (PASO) y 27 de octubre, derrotaron al aparato político-judicial-mediático-financiero-económico, más grande de la historia democrática argentina.
Ahora, comienza el trabajo de recuperación de la patria. De recuperación socio-económica. El gobierno de coalición PRO-UCR-ARI/CC en Cambiemos dejó tierra arrasada, y deberá dar cuentas de ello.
Hoy, 10 de diciembre de 2019, el pueblo argentino se vuelve unificar en un solo grito, en una Plaza de Mayo que ya no tiene rejas: “DEMOCRACIA PARA SIEMPRE”, “PATRIA PARA TODOS”