Ultimo Momento

La imperiosa necesidad de continuar con la unidad en el Frente de Todos

Por Maximiliano Borches. A 20 meses de las elecciones generales del 2023, donde los argentinos elegiremos al nuevo Presidente, la derecha neoliberal macrista/radical/libertaria se fortalece con la pelea de gallos que se desató en el seno del Frente de Todos, y que se potenció a partir del ensayo de ruptura del espacio denominado “kirchnerismo”, que halló en la comodidad de convertirse en relatores de la realidad, un búnker desde donde practicar tiro al blanco sin la responsabilidad de aportar seriamente a la gobernabilidad, en momentos donde se multiplican vientos huracanados. El sectarismo e infantilismo históricamente fueron marcas políticas de las izquierdas. El campo nacional y popular precisa fortalecerse internamente -quizá hasta resignificarse- para dar una señal clara a la sociedad. Sería, por lo menos, inteligente no repetir el error fatal del 2015, que terminó en aquellos funestos cuatro años de gestión política y económica macrista/radical, con más de 45 mil pymes cerradas, decenas de miles de desocupados, tarifazos impagables y la tragedia de volver al FMI, organismo al cual el Estado argentino debe USD 45 mil millones, por decisión de Mauricio Macri. Todavía se está a tiempo de hacer las cosas bien.

La decisión de votar negativamente (ni siquiera abstenerse) por parte de 28 diputados que responden al espacio denominado “kirchnerismo”, cuyo referente en la Cámara Baja es el hijo presidencial, Máximo Kirchner, tomó por sorpresa a varios (que esperaban, al menos, se abstuvieran pero no que votaran como libertarios, trotskistas y López Murphy) y terminó por abrir las puertas a una crisis política de magnitud en el oficialismo, que no solo compromete su poder de fuego simbólico en lo inmediato. Pone en jaque su posibilidad de ganar nuevamente las elecciones en 2023, y pero aún: lo aleja como alternativa de gobierno ante el pueblo, golpeado por la inflación y el encarecimiento acelerado del precio de los alimentos, y que nada quiere saber de estos desencuentros que les resultan inexplicables.

Solo las huestes macristas, radicales, lilitos y libertarios festejan la enorme debilidad política que atraviesa el oficialismo, generada en gran medida por esa irresponsable decisión política del hijo presidencial y sus seguidores, que sin plantear alternativas al proyecto de ley de refinanciamiento de USD 45 mil millones al FMI que dejó Macri como aterradora herencia al pueblo argentino; patearon el tablero sin medir -además- que en lo concreto, y de haber contado con un apoyo mayoritario, hubieran abonado al camino más peligroso de todos: el default.

A esta actitud se le sumó un día y medio después, un –por lo menos- llamativo y extraño tweet del secretario general de “La Cámpora”, Andrés “Cuervo” Larroque, a través del cual expresó: Aturden el silencio y la parsimonia del gobierno frente al ataque al despacho de la Vicepresidenta”, en referencia al vandálico ataque de grupos marginales durante una manifestación de la izquierda contra el Congreso de la Nación, y en plena sesión, que destrozó a piedrazos las ventanas de los despachos de los senadores Cristina Fernández de Kirchner, José Mayans y Oscar Parrlli, poniendo en serio riesgo a trabajadores de la Cámara, también. Ese tweet, cabe aclarar, fue debidamente respondido por funcionarios del Gobierno nacional, como el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, y la Portavoz presidencial, Gabriela Cerruti. (Ver abajo)

Todavía se está a tiempo de reencauzar la unidad política que posibilitó la victoria en 2019. Sería un inmenso error estratégico (y lo que es peor, una verdadera tragedia para el pueblo argentino), fortalecer a partir de acciones individualistas, sectarias, infantiles y rupturistas, a “Juntos” o “Juntos por el Cambio”, quienes hoy se relamen esperando que el peronismo y aliados, lleguen al 2023 con la mayor debilidad posible.

A diferencia de esos sectores del oficialismo, el espacio macrista/radical/lilito, es infinitamente más disciplinado y definen sus internas por la claridad de sus intereses, y no por malestares que guardan mayor relación con el psicoanálisis que con la política, y que todo el tiempo se asemejan a acciones propias de un Centro de Estudiantes.

En un momento del discurso que el líder popular y tres veces presidente, Juan Domingo Perón, brindó durante aquel mítico 17 de octubre de 1945, decía que: Esa unidad la sentimos los verdaderos patriotas, porque amar a la patria no es amar sus campos y sus casas, sino amar a nuestros hermanos. Esa unidad, base de toda felicidad futura, ha de fundarse en un estrato formidable de este pueblo.”

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