A fines de enero pasado, el embajador argentino en Brasilia, Daniel Scioli, presentó ante el Mandatario brasilero, Jair Bolsonaro, por siete vuelos militares británicos realizados entre ese país y las islas Malvinas, ocupadas militar y colonialmente por parte del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
El gobierno de Brasil defendió la decisión de permitir que aviones militares británicos que vuelan hacia las Islas Malvinas hagan escala en sus aeropuertos, una medida que había molestado a Argentina: a fines de enero pasado el embajador Daniel Scioli había presentado una queja al respecto.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil dijo este martes a través de una nota enviada a la agencia Reuters que si bien respalda los reclamos de soberanía de Argentina sobre las islas, ese apoyo no afecta su “importante asociación” con el Reino Unido.
El embajador de Argentina en Brasil, Daniel Scioli, se había quejado la semana pasada por el aumento de los vuelos que hacen escala en Brasil en su camino a las Islas Malvinas.
Scioli detalló entonces que en enero hubo siete vuelos de la Royal Air Force que había aterrizado en Río de Janeiro, Sao Paulo y Porto Alegre.
“La posición brasileña de autorizar el sobrevuelo y el aterrizaje de aeronaves militares británicas en la ruta de las Malvinas se guía por el principio de no contribuir a la modernización y expansión de los recursos militares y del potencial bélico del Reino Unido en ese archipiélago”, dijo el ministerio brasileño.
La nota enviada sostiene que Brasil autorizó el aterrizaje y el atraque de aviones y buques británicos en su camino a las Malvinas cuando las solicitudes implicaban situaciones de emergencia, misiones de búsqueda y rescate, o razones sanitarias y humanitarias.
La cancillería brasileña precisó además que el número de autorizaciones de sobrevuelo y aterrizaje otorgadas a las aeronaves militares británicas variaba cada año, oscilando entre 150 algunos y sólo uno en otros.
Argentina le había expresado al Gobierno de Brasil su “preocupación” y “sorpresa” porque aviones de la Fuerza Aérea del Reino Unido hicieron siete vuelos entre territorio brasileño y las Islas Malvinas, lo cual constituye una manifestación “adicional” de la ilegítima presencia británica en el Atlántico Sur, según un documento divulgado a fines de enero por la agencia Télam.
La preocupación fue expresada a través de un oficio presentado por el embajador argentino en Brasilia ante la cancillería brasileña. “El Gobierno argentino ve con sorpresa y preocupación que durante el transcurso del mes de enero de 2022 fueron realizados siete vuelos militares de estas características”, dijo el documento presentado por Scioli ante el Palacio de Itamaraty.
Según la Embajada argentina en Brasilia, fueron realizados siete vuelos militares británicos desde Brasil a las Islas Malvinas y desde las Islas Malvinas hacia Brasil en lo que va de 2022.
El detalle presentado por el documento indica que aviones militares británicos aterrizaron y despegaron provenientes de las Malvinas en Río de Janeiro, San Pablo, Porto Alegre y Recife los días 9, 14, 15, 22, 24, 26 y 28 de enero.
“Estos vuelos constituyen una manifestación adicional a la ilegítima presencia militar del Reino Unido en el Atlántico Sur, la cual ha sido calificada por los estados parte y asociados del Mercosur como contraria a la política de la región de apego a la búsqueda de una solución pacífica para la disputa de soberanía” de las islas, sostuvo el reclamo.
La Embajada argentina en Brasilia diferenció entre vuelos con carácter humanitario, a los que no se opone, con los estrictamente militares por parte de los británicos. En 2017, durante la gestión del presidente Michel Temer, el diario Zero Hora de Porto Alegre había denunciado que el aeropuerto de la capital del estado de Río Grande do Sul se había convertido en una suerte de “surtidor” sudamericano de los aviones de la Royal Air Force que iban o regresaban desde Gran Bretaña hacia las Malvinas.
Según el oficio enviado al Gobierno del presidente Jair Bolsonaro, “se destaca la finalidad política que persiguen las alegadas ‘escalas’ de las aeronaves militares británicas en países de la región, toda vez que su continuidad en el tiempo podría ser publicitada como una suerte de aceptación brasileña a la presencia de una base militar en el Atlántico Sur”.