El detenido es Fernando André Sabag Montiel, de 35 años y de origen brasileño, quien ya tenía antecedentes policiales por porte ilícito de arma blanca.
La vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, sufrió un intento de asesinato este jueves, cuando alrededor alas 20:52hs, un hombre armado apuntó contra ella a corta distancia y trató de dispararle, pero fue interceptado por la custodia y luego detenido por la Policía. El ataque ocurrió en el barrio de Recoleta, Buenos Aires, cuando la también expresidenta llegaba de vuelta a su casa.
A continuación, repasamos todos los detalles acerca del individuo que trató de acabar con la vida de la alta dirigente argentina.
Identificación
El arrestado fue identificado como Fernando André Sabag Montiel, de 35 años y origen brasileño, quien está registrado para trabajar como conductor de vehículos a través de aplicaciones.
El documento de Sabag Montiel, obtenido por la Policía Federal, muestra que nació en la ciudad de Sao Paulo (Brasil), pero vive en Argentina de manera permanente desde 1998. Fuentes de la investigación precisaron a la agencia Télam que su último ingreso al país ocurrió en 2018.
El arrestado ya fue trasladado a la Superintendencia de Investigaciones de la Policía y quedó a disposición de la jueza federal número 5, María Eugenia Capuchetti.
El arma
Fuentes gubernamentales dijeron a La Nación que Sabag Montiel intentó acabar con Kirchner con una pistola Bersa de calibre 380 (también conocido como 9 mm corto), cuyo cargador estaba lleno, algo que todavía no han confirmado las autoridades policiales. Al parecer, no había bala en la recámara del arma, es decir, no estaba lista para disparar.
Mientras, desde Télam apuntan, citando investigaciones policiales, que había cinco balas en el cargador de la pistola semiautomática. En su reporte hablan de Bersa calibre .32, conocido también como 7.65 mm, de una potencia un poco menor.
Por su parte, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, confirmó que el individuo portaba un arma de fuego. «Ahora tiene que ser analizada la situación por nuestra gente de policía científica, para evaluar las huellas», adujo, citado por el canal C5N.
Antecedentes penales
El sospechoso no figura en la base de datos de la Policía Internacional (Interpol), y tampoco tiene pedido de captura activo, según aseguraron a Télam fuentes de la Policía.
Sin embargo, el hombre tuvo un cruce con los agentes policiales el 17 de marzo del año pasado, cuando fue apresado por personal de la Comisaría Vecinal 15 A de la Policía porteña por tenencia y porte de arma blanca.
La detención ocurrió por azar, luego de que un oficial observara que un coche Chevrolet Prisma de color negro no tenía placa trasera. Sabag Montiel, que conducía, explicó al agente que la falta de la patente se debía a un accidente vehicular unos días antes. Cuando abrió la puerta de su automóvil y empezó a buscar la documentación del coche, se le cayó un cuchillo de 35 centímetros de largo. El ahora atacante de Kirchner lo justificó como ‘necesidades de defensa propia’.
Entrevista televisiva
Entre otros detalles que salieron a la luz tras el fallido intento de asesinato está la aparición de Sabag Montiel en una entrevista para el canal de televisión Crónica, hace unas semanas.
«Cosas demasiado raras»
El politólogo Eduardo Vior, doctor en Ciencias Sociales y en Sociología, sostiene, tras analizar el intento de magnicidio, que resulta muy difícil identificar las razones del mismo, si bien se puede destacar algunos elementos para esclarecer los posibles orígenes del ataque y la motivación del sospechoso.
Según las fuentes del experto, el detenido lleva tatuado un sol negro, una marca que usan las organizaciones nazis en Brasil. Este detalle puede ayudar a los investigadores a rastrear a los autores intelectuales del atentado, en el que hay muchas «cosas demasiado raras».
En cuanto a la pistola con la que iba armado el detenido, se la habrían entregado «un segundo antes» del ataque, sostiene el politólogo. Vior llega a esta conclusión, porque el atacante no había revisado la recámara, que no tenía balas. Por lo tanto, se supone que, posiblemente, no hubo intención en aquel momento de matar a la política, sino de «crear una conmoción nacional».