Por Maximiliano Borches. Tras el criminal bombardeo sobre Plaza de Mayo del 16 de junio, finalmente se produjo el golpe de Estado cívico-militar-eclesiástico que derrocó al gobierno de Juan Domingo Perón, el 16 de septiembre de 1955. Uno de los factores principales de ese ataque artero contra la democracia, fueron los denominados “comandos civiles”, grupos de civiles armados pertenecientes a la UCR, la Acción Católica Argentina, los Partidos Socialista, Comunista y Demócrata Cristiano. Estos sectores supuestamente tan diversos entre sí, los unificaba el odio a los derechos conquistados por el pueblo argentino desde 1943 a 1955, y la sumisión a intereses extranjeros. La caída de Perón significó el origen de la tragedia económica, política, soberana y social de la Argentina, cuyas consecuencias aún se vivencian en estos días.
El origen de los “comandos civiles”, se remonta a las conspiraciones golpistas y los actos terroristas antiperonistas, como el intento de Golpe de Estado de 1951 y el posterior atentado en la Plaza de Mayo del 15 de abril de 1953, durante una concentración convocada por la CGT, en el que resultaron asesinados por explosión de una bomba, seis manifestantes y hubo más de noventa heridos. A estas acciones terroristas, le siguió el cobarde y criminal bombardeo sobre Plaza de Mayo y otros puntos de la ciudad ocurrido el 16 de junio de 1955, en el que fueron asesinados más de 300 argentinos, en tanto más de 800 resultaron con heridas varias. Entre las víctimas, había 111 militantes sindicales, de los cuales 23 eran mujeres y seis fueron niños.
Orígenes partidarios de los comandos civiles
El Archivo Nacional de la Memoria clasifica los orígenes de los principales componentes de los comandos civiles, de la siguiente manera:
- Activistas católicos tradicionales. (Acción Católica Argentina), nacionalistas católicos (básicamente porteños y cordobeses)
- Militantes radicales de diversas líneas internas. (Sabattinismo cordobés, unionistas
- Partido Socialista. (Sector de Américo Ghioldi y Francisco Pérez Leirós)
- Partido Demócrata Cristiano. (Sector de José Aguirre Cámara, Adolfo Vicchi y Rodolfo Corominas Segura)
- Partido Comunista
Agosto y septiembre de 1955
En Buenos Aires, los distintos grupos se unificaron en un Comando Civil Revolucionario, liderado por Carlos Burundarena, Renato Bezançón, Darío Hermida, Adolfo Sánchez Zinny, el militar retirado Eduardo García Puló, Francisco P. Olmedo, Raúl Puigbó y Eduardo Rodríguez. El comando incluyó también al integrante de la congregación Marista Septimio Walsh, primo del escritor y periodista Rodolfo Walsh.
Este Comando coordinaba sus acciones con el denominado “Comando Militar Revolucionario”, integrado por los coroneles Ossorio Arana, Señorans, el mayor Guevara, y otros.
Por otra parte, en Córdoba, desde mediados de julio y hasta agosto de ese mismo año, se sucedieron atentados con bombas o incendios: contra seis unidades básicas, la sede de la Unión Estudiantes Secundarios (jóvenes peronistas), de la Confederación General Universitaria, y un busto de Eva Perón en Unquillo. En esa provincia actuaron dos grupos de radicales: uno al mando de Yadarola y Rodolfo Amuchástegui, otro comandado por Eduardo Galmond y Santiago del Castillo. Paralelamente los grupos conservadores católicos constituían sus propios grupos de combate que más tarde cobrarían protagonismo en episodios de guerra urbana en la capital provincial. Sus cuadros principales fueron los doctores Luis Torres Fotheringham, Tristán Castellano, Guillermo Saravia, Damián Fernández Astrada, Lisardo Novillo Saravia (h.), y los ingenieros Fernández Padilla, Guillermo Castellano y Calixto de la Torre. Cada comando nucleaba a diez dirigentes, y cada uno de ellos dirigía a diez militantes.
Para el 16 de septiembre, la UCR había convocado a un acto en la Casa Radical, donde repartieron armas en comités y en parroquias. Los comandos civiles ultra-católicos (llamados “palomas”) convocaron a la acción armada. Previamente negociaron un crédito con la Sociedad Rural para que financie actividades desestabilizadoras, como sabotajes a la red eléctrica, a los cables de la empresa telefónica Entel, disparos a las ruedas de camiones de bomberos y ambulancias, días antes representantes de la UCR y comandos civiles viajaron a Uruguay, donde se entrevistaron con Emilio Eduardo Massera, Horacio Mayorga, Oscar Montes, y Osvaldo Cacciatore.
Entre los integrantes del grupo estaban: Gregorio Ramírez, Roque Carranza, Roberto Astiz, Manuel Teodoro Cearrás, Manuel Rawson Paz y su primo Franklin Dellepiane Rawson, Eduardo Martínez Zemborain, Aníbal Beruti, etc. Las reuniones se llevaban a cabo en la casa de Álvarez Morales, en la oficina de Rodolfo van Gelderen, o en el estudio del doctor Gregorio Topolevsky. Este grupo, que todavía no usaba el nombre de «comando civil», estudiaba las comunicaciones del ejército para intervenirlas en caso de un alzamiento, y tuvo contactos con políticos radicales como Arturo Frondizi. Cuando se incorporó Roque Carranza, comenzaron la fabricación de explosivos. A mediados de 1955 el grupo se había nutrido con la presencia de Siro de Martini, Euclides Ventura Cardozo, Alfonso de Laferrére, Martín Michel Torino.
Solo en Córdoba, los “comandos civiles” causaron más de 27 muertos en los tres días previos al 16 de septiembre de 1955, en su mayoría civiles peronistas que protestaban a favor del mantenimiento del orden constitucional. Tras el triunfo del Golpe de Estado, Monseñor Lafitte organizó un Te Deum y una cena en el palacio arzobispal, para celebrar la instauración del régimen militar, donde fueron agasajados los jefes de los comandos civiles.
Operación «Rosa Negra»
El 16 de septiembre de 1955 a las 00:00 horas el general Eduardo Lonardi sublevó la Escuela de Artillería de Córdoba, dando inicio a la Revolución Libertadora. Ese mismo día a la 1:15 cinco de los comandos civiles dejaban fuera de servicio varias radios de la ciudad de Buenos Aires para colaborar con la desestabilización y dificultar la difusión de noticias fehacientes, siguiendo la planificación del ingeniero Carlos Burundarena.
La operación fue comandada por Raúl Puigbó, que respondía a Adolfo Sánchez Zinny: estaba compuesto por: Humberto Podetti, Jorge Rodríguez Mancini, Isidoro Lafuente, Pepe Balbín, Pedro Crear, Marco Aurelio Rodríguez, Felipe Solari, Julio E. Álvarez, Enrique Hillegass y cuatro terroristas más.
- Eduardo Ayerza y sus compañeros se encargaron de dejar fuera de servicio las instalaciones de Radio del Estado.
- Guillermo Demharter hizo lo propio con Radio Belgrano y Radio Mitre.
- Florencio José Arnaudo se encargó de Radio Antártida, Radio Porteña, y Radio del Pueblo.
Los ataques y destrucciones que se sucedieron tras el Golpe de Estado cívico-militar-eclesiásticos de 1955
Una de las máximas representantes de los comandos civiles, Marta Ezcurra -fundadora de la juventud de la Acción Católica en 1931-, bajo las órdenes de Aramburu, ordena el 23 de diciembre de 1955, la ocupación militar de cada una de las Escuelas Hogar de la Fundación Eva Perón. Además, fueron quemadas pilas de frazadas, sábanas, colchones, medicamentos, etc. Convoca para ello, a los miembros de los “comandos civiles” ligados a la Acción Católica Argentina y se ordena el desalojo inmediato de todos los niños y niñas internados en la Clínica de Recuperación. El día 27 de diciembre se determina la confiscación de todos los muebles de los hospitales, hogares para niños, hogares escuelas y hogares de tránsito, entre ellos el mobiliario muchos muebles terminarían en las casas de los miembros de los comandos civiles.
A pedido del Coronel Ernesto Alfredo Rottger, se ordena que sean expulsados a la calle todos los estudiantes de la Ciudad Estudiantil “Presidente Juan Perón”. En dichas instalaciones comienza a funcionar el cuartel de los comandos civiles.
Tras el golpe de Estado cívico-militar-eclesiástico de 1955, Argentina ingresó en un período de decadencia política, social, soberana y económica, cuyas repercusiones aún hoy perduran.