A pesar del fuerte crecimiento del voto nacionalista/ultraderechista y la caída de los exponentes de la socialdemocracia, las elecciones en el Parlamento Europeo finalizaron con un cierto equilibrio que aleja a los ptincipales competidores a obtener la mayoría. La gran incógnita que atraviesa a los votantes europeos por estas horas, es quién será el próximo presidente de la Comisión Europea que representará el sentir político de millones de pobladores que habitan el mosaico de 28 estados que confornan la Unión Europea.
Con una participación récord que llegó al 50,5% -la mayor desde 1994 (56,7%)- y muy por encima del 42,6% de hace cinco años, las elecciones en el Parlamento Europeo otorgaron 178 escaños al Partido Popular Europeo (PPE), que en 2014 había obtenido 221 bancas, frente a 152 de Socialistas y Demócratas (S&D), la segunda fuerza más votada. que en 2014 obtuvo 191 escaños. Las formaciones denominadas euroescépticas (partidos de derecha/ultraderecha) suman 168 escaños, en torno al 25% de un total de 751 escañol. Una cifra un tanto lejana al al 33% con el cual podrían aspirar a entorpecer la maquinaria legislativa, pero considerable dado que su presencia se consolida entre varios de los países grandes de la
El resultado de las elecciones para conformar el Parlamento Europeo, se muestran como el fin de la gran coalición entre partidos nacionales/derechistas y socialistas, y contuvieron algunas expectativas, como el anunciado ascenso de la extrema derecha.
Pero también abrieron una gran incógnita: quién será el próximo presidente de la Comisión Europea