A continuación, reproducimos el poema escrito por Juan Pablo Baigorria, artista morenense: «Los chicos del barrio».
Los chicos del barrio se apagan físicamente
y comienzan a brillar sin distancia
con un fuego hambriento intenso,
pero luego a veces tenue,
en un ademán incierto.
Los chicos del barrio tienen en su memoria
marcas de lava viva,
laceraciones profundas de sombras
clavadas como espinas grises y agudas en aortas tristes.
Los chicos del barrio aman la música;
se identifican con melodías agrias
que expanden su equívoca necesidad de rabia,
droga y melancolía nocturna perdida en una máscara aspiracional de clase media.
Los chicos del barrio con sus identificaciones
de historias de rupturas, no conciliación
y enfermedad mental -carnets que comparan-,
para luego fundirse en un abrazo fraternal
abandónico precioso.
Los chicos del barrio entonando canciones
fragmentos emergentes
en pasillos y huecos de memoria cultural
devenidos en bares insalubres
de la noche del tercer cordón conurbano.
Los chicos de barrio en el éter intensos
Los niños de la comuna de la luz robada
Los infantes genuflexos de la luz.
Los angélicos retazos de fotos de cabellos dorados
en las bicicletas, las playas, el paso del atardecer.
Los icónicos rasgos característicos
de los chicos del barrio
preferentemente stoner, grunge o alternativo
en la retina emocional de sus ausencias presentes.