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Revolución de 1943: a 81 años del fin de la “Década Infame” y comienzo del proceso político que impulsó a Juan Perón

Por Maximiliano Borches. El 4 de junio de 1943 se llevó a cabo la revolución nacionalista que puso fin a la gestión de Ramón Castillo, último representante hasta el golpe cívico-militar-eclesiástico de 1955, de los sectores terratenientes y la burguesía porteña asociada a capital extranjero. En ese año, el entonces coronel Juan Domingo Perón ocupó el estratégico cargo de Secretario de Trabajo y Previsión, donde comenzó a dar forma a la revolución justicialista que cambió las relaciones sociales, laborales, económicas y culturales de los trabajadores, hasta el día de hoy.

Con el golpe de Estado del 6 de septiembre de 1930, que puso fin al gobierno democrático de Hipólito Yrigoyen, no solo se dio comienzo en la Argentina del siglo XX a una oscura etapa de cinco golpes de Estado. Fundamentalmente, comenzó la denominada “Década Infame”, proceso caracterizado por el fraude electoral, represión, persecución a opositores, proscripción de los partidos políticos, una enorme corrupción política y la sumisión de la economía nacional al Reino Unido (Pacto Roca-Runciman) Durante esa “Década”, los distintos gobiernos que se sucedieron representaron políticamente a los terratenientes y a la burguesía porteña, asociada al capital extranjero. Su último gobernante fue Ramón Castillo, quien fue destituido por la Revolución Nacionalista de 1943.

Antecedentes

Un grupo de cuadros medios y altos del Ejército, integrados en el GOU (Grupo de Oficiales Unidos) comenzaron a reunirse bajo la iniciativa de los tenientes coroneles Miguel A. Montes y Urbano de la Vega, para frenar las aspiraciones presidenciales de Robustiano Patrón Costas, candidato del presidente Ramón Castillo.

La candidatura de este terrateniente y empresario azucarero significaba la profundización de ese gobierno conservador, fraudulento y entreguista, tan alejado de los intereses del pueblo argentino.

Una vez depuesto Ramón Castillo, pretendió asumir el gobierno el general Arturo Franklin Rawson, tras haber traicionado la iniciativa del GOU, negociando la composición de su gabinete con la oligarquía que había apoyado al antiguo régimen. Rawson se vio obligado a abandonar sus aspiraciones y dejó su lugar al general Pedro Pablo Ramírez, elegido para ocupar la Presidencia por los militares nacionalistas revolucionarios.

Sin embargo, en aquellas listas del GOU sobresalió un oficial del Estado Mayor General del Ejército, el coronel Juan Domingo Perón, autor de la proclama revolucionaria, que pronto se destacará por su capacidad para llevar a la Argentina por el camino de un nacionalismo comprometido con el pueblo.

Uno de los objetivos fundamentales del GOU era establecer una alianza entre el Ejército y los trabajadores. Desde su cargo en el Departamento Nacional del Trabajo –luego designado como Secretaría de Trabajo y Previsión-, el coronel Juan Domingo Perón se dio a la tarea de organizar a los trabajadores en un movimiento sindical novedoso, para que puedan discutir con el gobierno los intereses de la clase trabajadora, hasta entonces relegada y casi sin derechos.

Su carrera política se vio así impulsada por el apoyo de los trabajadores, que vieron en el nuevo funcionario un verdadero compromiso para con sus intereses. Perón no solo intervino en los conflictos entre las patronales y los sindicatos, impulsó nuevas leyes sociales y ayudó a la creación de nuevos gremios. El nivel de organización alcanzado constituyó lo que se denominó “la columna vertebral” del movimiento justicialista, que por esos años comenzaba a nacer.

Durante un período, los militares responsables de la revolución de 1943 tuvieron una serie de desencuentros y el general Ramírez fue depuesto, siendo nombrado en su lugar el general Edelmiro Farrell, que designó a partir de 1944 a Juan Domingo Perón en los cargos de Ministro de Guerra y Vicepresidente de la Nación, que se sumaron al cargo de Secretario de Trabajo y Previsión.

La revolución del 4 de junio de 1943 terminó con la Década Infame, y fue el paso decisivo para que tres años más tarde surgiera el gobierno democrático y popular del general Juan Domingo Perón, tras la histórica movilización del 17 de octubre de 1945 que cambió para siempre la historia argentina, y finalizó en la elección del 24 de febrero de 1946, en la que la fórmula encabezada por Juan Domingo Perón y el radical Hortensio Quijano, se alzó con el 53,71 por ciento de los votos (1,485,468). Coincidentemente, Juan Perón asumió su primera presidencia también el 4 de junio, pero de 1946.

Comenzaba una década de felicidad y crecimiento para el pueblo y la patria, tras la cual, nuevamente las fuerzas armadas en conjunto con la Unión Cívica Radical, el Partido Conservador y la cúpula de la Iglesia Católica (apoyado además, por los partidos socialista y comunista), derrocaron al gobierno constitucional, en septiembre de 1955.

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