Por Maximiliano Borches. Las mayorías populares pusieron fin, través del voto, a cuatro años de un experimento gubernamental que por primera vez sintetizó en la Argentina democrática, la ejecución del gobierno con la del poder. El empresario-presidente Mauricio Macri, sin dudas pasará a la Historia como el peor jefe de Estado, superando aún al olvidable presidente radical -fallecido- Fernando De La Rúa. También son responsables de la tierra arrasada que dejó el gobierno de CEO´S, algunos dirigentes sindicales y políticos, que hoy vuelven a colgar el retrato de CFK en sus oficinas. “La Historia, para que no se repita, hay que leerla”, decía el líder popular Juan Domingo Perón.
Sin dudas, la marca distintiva en las condiciones de organización y conducción política del pueblo argentino, es el legado de la Doctrina justicialista, que hizo del Peronismo no sólo el movimiento de masas más importante de Latinoamérica, sino el único cuerpo de ideas surgido en el Siglo XX, que se mantiene plenamente vigente en el Siglo XXI, a nivel global.
Las claves de la organización peronista, a lo largo de siete décadas –con sus idas y vueltas, con el espanto, la persecución, la resistencia y el regreso a los Olimpos gobernantes- permitió la maduración democrática de nuestro pueblo. Estos cuatro años, fueron testigos de ellos. La incansable tarea realizada por intendentes, algunos gobernadores, varios sindicatos, movimientos sociales; organizaciones libres del pueblo en general, fue la que contuvo a gran parte de nuestra población, y la que evitó que caigan en el abismo y el caos social.
Esa organización paciente, que de a poco se nutrió de la esperanza de redención popular, sintetizó su ira en los urnazos del 11 de agosto (PASO) y 27 de octubre. No solo fue una gran victoria electoral en primera vuelta contra el aparato político-mediático-financiero-judicial más grande del devenir democrático en Argentina, sino que se demostró la maduración democrática que alcanzó nuestro pueblo en estos 36 años de recuperada –para siempre- la democracia en nuestro país. Solo basta mirar los países hermanos de la región.
El Gobierno de coalición PRO-UCR-ARI/CC, en Cambiemos intentó cerrar el ciclo abierto por la misma UCR, en alianza con los Partidos Comunista, Socialista y Conservador, que apoyaron con todas sus fuerzas a través de la denominada «Unión Democrática», el criminal golpe de Estado cívico-militar-eclesiástico del 16 de septiembre de 1955, cuyos verdugos llevaron a cabo una de las peores masacres contra nuestro pueblo: el bombardeo sobre Plaza de Mayo, el 16 de junio de 1955, que asesinó a 400 compatriotas. Casi 50 de ellos, niños de escuela primaria que se encontraban paseando por la histórica Plaza junto a sus maestras, en ese funesto día. En ese luctuoso año, en el que Juan Perón reafirmó las sólidas bases de la organización popular a futuro, cuando afirmó: “Entre el tiempo y la sangre, elijo el tiempo”, se intentó borrar todo vestigio del peronismo. Macri y su cohorte retomaron esa tarea, creyendo que los votos les pertenecían. Ambos fallaron.
El espantoso paso del macrismo y sus aliados en estos cuatro años, dejaron más de 600 mil compatriotas que tenían empleos formales e informales, sin trabajo. Cerraron más de 26 mil pymes. La soberanía nacional en su legítimo reclamo por las Islas Malvinas y la defensa de los recursos naturales en el Atlántico Sur y el acuífero guaraní, se vio seriamente mancillada. Los tarifazos impagables empobrecieron aún más a la población, y cientos de clubes de barrio –verdaderos refugios para los pibes y pibas de nuestros barrios- cerraron, dejando de brindar sus esenciales tareas sociales de contención, a través del deporte y el encuentro sano de niños y adolescentes.
Y el dato que más duele. El que, en definitiva, resume las políticas aplicadas por el gobierno de coalición PRO-UCR-ARI/CC en Cambiemos: el hambre y la pobreza. Mauricio Macri y sus aliados, dejan un gobierno con el 40.8% de pobres (al tercer trimestre de este año, según la UCA. Habría que ver los datos actuales cuales son), y el más angustiante: el 60% de los niños y adolescentes del país, (6 de cada 10) son pobres; están subalimentados, engrosan las lista de deserción escolar, sus entornos socio-económicos son paupérrimos.
Esta es la Argentina que dejan Mauricio Macri, sus socios políticos de la UCR, el ARI/CC, y sus cómplices, que por estas horas vuelven a ensayar falsas sonrisas, practican como hacer la “V” con los dedos, y volvieron a colgar el retrato del mejor cuadro político que haya dado la historia de nuestros país, después de Juan Domingo Perón: Cristina Fernández de Kirchner.
“La Historia, para que no se repita, hay que leerla”, decía el General Perón.