El vicepresidente de la Cámara de Casación, Alejandro Slokar, le pidió la renuncia inmediata al juez y titular de esa Cámara, Gustavo Hornos, por las seis visitas privadas que realizó en Casa Rosada, al expresidente Mauricio Macri.
¿Comienza el final de cierta impunidad, al menos, en el ámbito judicial? Tras la reunión de Superintendencia- con los presidentes de las salas de la Cámara de Casación, se conoció el reclamo del camarista Alejandro Slokar al presidente de la Cámara Gustavo Hornos por las seis visitas privadas que le realizó a Mauricio Macri, cuando era presidente.
“Me dirijo a usted, una vez más, en razón a los acontecimientos de relevancia pública que lo vinculan, sus expresiones brindadas durante el Acuerdo de Superintendencia pasado, y a partir del Acuerdo de la fecha, las subsiguientes omisiones en la información de su reseña, a fin de apelar a su responsabilidad para presentar su dimisión al cargo de Presidente que reviste”, apuntó la carta dirigida por Slokar apenas terminó la tumultuosa reunión. “Y así (con la renuncia) resguardar del mejor modo la representación del cuerpo y el gobierno de la jurisdicción- atento a las circunstancias que, lamentablemente y en cuanto me respecta, comprometen irreversiblemente la confianza del mandato con el que fuera honrado”, culmina la misiva que hizo estallar una interna que venía tomando temperatura con comunicaciones previas.
En el Acuerdo de Superintendencia del tribunal de la semana pasada, Hornos había admitido ante sus pares las reiteradas visitas y los diálogos con Macri, en el marco de lo que definió como “relación social” para “consultas genéricas” sobre la “política judicial” y no de causas en particular. Hornos dijo también no saber si había actuado en las numerosas causas de trámite ante la casación donde el ex mandatario Macri resulta parte del expediente. Ayer, dijo que todos esos diálogos habían sido “informales” pese a que de la misma reunión hubo réplicas formales que se tradujeron en un rechazo a esas “explicaciones” que firmaron los integrantes de la Sala II, Guillermo Yacobucci, Carlos Mahiques y el propio Slokar. Pero a ese duro escrito se le sumó días después Ángela Ledesma que remitió su propio cuestionamiento donde le indicó con base en el “Código Iberoamericano de Ética Judicial” que: “Los hechos que motivan la presente instalan irremediablemente un manto de duda con relación a principios básicos de la ética judicial, como la imparcialidad, la independencia, la responsabilidad institucional, la integridad, la transparencia y la prudencia; que no sólo incide en su figura como juez sino también en la institución que representa, con un daño en la confianza social imposible de mensurar”.
Eso parte a la Cámara: Slokar, Ledesma, Yacobucci y Mahiques lo cuestionan a Hornos; Eduardo Riggi, Liliana Catucci y Juan Carlos Gemignani lo respaldan; mientras que se mantienen en silencio el resto de los integrantes. Mariano Borinsky, Daniel Petrone, Diego Barroetaveña, Javier Carbajo y Ana María Figueroa no dejaron trascender cuál es su postura ante el escándalo.
La escalada sorprendió a todos ayer en el primer piso de Comodoro Py, pese a que la mayoría está en modalidad remota. Podría agravarse apenas el Consejo le de luz verde al expediente y solicite las primeras medidas.