A pesar del reclamo encabezado por un grupo pequeño de policías, junto a expolicías bonaerenses y sus familiares, la seguridad pública no está en riesgo. Si bien en las próximas horas el gobernador Axel Kicillof anunciará el porcentaje del aumento salarial, es por lo menos llamativo que recién ahora –en plena pandemia y en plena agitación de la derecha criolla- empleen estos métodos de reclamos que mantienen desde 2016. Temor de que, además, contribuyan a multiplicar en los próximos días los casos positivos de coronavirus, ya que ni siquiera respetan el aislamiento en sus concentraciones.
El justo reclamo salarial de la policía bonaerense, se agudizó en los cuatro años de gestión de la macrista María Eugenia Vidal, período en el cual perdieron entre un 30% y 38% de sus ingresos. Sin embargo, nunca hubo reclamos de ningún tipo. Menos aún, con la violencia de los últimos días cuando un grupo de uniformados y exuniformados junto a sus familiares, rodearon de manera intimidatoria la residencia del gobernador Axel kicillof. Acción por la cual, el Ministerio de Seguridad bonaerense debe tomar medidas al respecto.
«En las próximas horas se anunciarán cómo serán los aumentos. Hay reclamos de diversos sectores como retirados y efectivos en actividad. Trabajamos todo el día para hacer una propuesta que abarque a todos los sectores. Mañana estaremos en condiciones de decir cómo será el anuncio y qué va a consistir. Hablamos con los intendentes y todos nos dijeron que hay efectivos suficientes cómo para garantizar la seguridad en cada uno de los municipios en los cuales se produjeron manifestaciones. Quiero llevar tranquilidad al respecto», precisó la ministra de Gobierno bonaerense, Teresa García
En las filas de la Policía Bonaerense hay 94.000 hombres y mujeres, mientras que la Ciudad cuenta con 26.000 efectivos, y la Federal con 30.000. Este verdadero “ejército” ubica a la Bonaerense como la principal fuerza armada del país.
El reclamo de estos días, amplificado por las cámaras de televisión de los medios hegemónicos, también es utilizado políticamente por macristas, radicales, lilitos y hasta por los denominados “libertarios”, ese nuevo rostro cool de la derecha criolla. La presencia en Adrogué de su referente, José Luis Espert, abrazando policías que jamás antes había visto, y la catarata de apoyos de dirigentes de “Juntos por Cambio” –esos mismos que cuando fueron gobierno, hasta hace apenas nueve meses, no hicieron nada para mejorar sus salarios y situaciones labora-, es síntesis de una agenda política que intenta imponer la oposición más allá de los justos reclamos salariales de la fuerza.
«La fuerza policial venía muy castigada de los cuatro años del Gobierno anterior. No tenía móviles ni tecnología, las horas extras estaban congeladas en $40 y la situación era deplorable», afirmó a la ministra re Gobierno bonaerense, Teresa García, en diálogo con AM750
La crisis impuesta por la pandemia, también afectó a los «negocios» de los uniformados:
Si bien es real, que los salarios de la policía bonaerense siempre estuvieron por debajo de los percibidos por las policías Federal y de la Ciudad, la pandemia impuso un cambio en las condiciones que los uniformados bonaerenses realizan sus “negocios”:
* No hay partidos de fútbol, que no sólo implican horas extras, sino «negocios» con las barras bravas. Estacionamientos, puestos de comidas y hasta cobertura en distintos delitos.
* El coronavirus terminó con otros “peajes”, como el de la prostitución, los curanderos o las ferias de productos falsos.
* La actividad de los desarmaderos -y por lo tanto el robo de autos- bajó al caer la demanda de repuestos. También el juego clandestino.
* Al no haber atención masiva en los bancos -solo con turnos- se redujo la tajada por permitir estacionamientos o hacer pequeños viajes de custodia.
* También bajo en forma total la actividad gastronómica, otra fuente de recaudación y hasta de alimentación.
Ver:
Anuncian aumento salarial que no cumplió Vidal a la policía bonaerense