Por Maximiliano Borches. Junto al 17 de octubre de 1945, el Cabildo Abierto Justicialista del 22 de agosto de 1951, representan los hechos de mayor fuerza simbólica del Movimiento Nacional Justicialista / Partido Justicialista. Única usina de ideas que en pleno siglo XXI mantiene intacta su potencia transformadora y su adhesión de masas, de las distintas experiencias ideológicas nacidas en el siglo XX y que hoy sólo son recuerdos. Ese día, la CGT proclamó la “Fórmula de la Patria”: Juan Perón-Evita Perón, ante casi dos millones de argentinos. Una semana después, Evita anunciaba su renunciamiento histórico, y un año después daba su paso definitivo a la inmortalidad. El 11 de noviembre de aquel 1951, las mujeres argentinas ejercían por primera vez su derecho al voto.
Con la revolución justicialista en pleno desarrollo armónico de su fuerza transformadora, el pueblo argentino transitaba años de esplendor económico, cultural, educativo y expansión de derechos, como nunca antes había sucedido. Desde la revolución de junio de 1943, y a partir de la llegada al gobierno de Juan Domingo Perón a través del masivo voto popular del 24 de febrero de 1946, Argentina transitaba en plenitud su camino de independencia económica, soberanía política y justicia social.
En esos “años felices”, donde ser argentino era un derecho y ser trabajador un orgullo, se acercaban las elecciones del 11 de noviembre de 1951, donde por primera vez las mujeres argentinas ejercerían su derecho al voto.
Ese año, la CGT convocó al mítico “Cabildo Abierto Justicialista” para el día 22 de agosto, con la finalidad de proclamar ante el soberano, la “Fórmula de la Patria”: Juan Domingo Perón-Eva Perón. Casi dos millones de compatriotas desbordaron a lo largo y ancho, la avenida 9 de Julio y sus alrededores. El escenario, estaba ubicado junto al entonces Ministerio de Obras Públicas, hoy Ministerio de Desarrollo Social, y secretaría de Salud; éste último recuperado hoy por el Frente de Todos tras la degradación ocurrida durante la reciente gestión macrista/radical, que la transformó en Secretaria.
Ese día, el pueblo hermanado en un solo grito exigía la fórmula Perón-Perón. Lo que no sabían, era que el trágico destino le preparaba una mala jugada a la “abanderada de los humildes” y pergeñaba un golpe demoledor al amor y las emociones más profundas de los argentinos. El cáncer –festejado por la oligarquía pocos meses más tarde- comenzaba a apagar la vida de Evita.
Luego de casi 12 horas el Cabildo Abierto Justicialista llegó a su fin, con la promesa de Evita a su pueblo de pensar con tranquilidad la propuesta para acompañar al general Perón en su nueva candidatura presidencial. El 30 de agosto, a las 20:30hs, y por cadena nacional (que en esa época era radial), Evita daba su respuesta:
“Quiero comunicar al pueblo argentino mi decisión irrevocable y definitiva de renunciar al honor con que los trabajadores y el pueblo de mi patria quisieron honrarme en el histórico Cabildo Abierto del 22 de agosto. Ya en aquella misma tarde maravillosa que nunca olvidarán mis ojos y mi corazón, yo advertí que no debía cambiar mi puesto de lucha en el movimiento peronista por ningún otro puesto.” (…)
“(…) No tenía entonces ni tengo en estos momentos más que una sola ambición, una sola y gran ambición personal: que de mí se diga cuando se escriba el capítulo maravilloso que la historia dedicará seguramente a Perón, que hubo al lado de Perón una mujer que se dedicó a llevar al presidente las esperanzas del pueblo y que, a esa mujer, el pueblo la llamaba cariñosamente “Evita”. Eso es lo que yo quiero ser.”
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