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Sectores marginales de política nacional, que justifican sus consignas a través la violencia, atacaron el Ministerio de Educación para exigir lo que al macrismo/radicalismo solo le exigían a través de redes sociales y carteles pegados: computadoras y becas de estudios, las mismas que hasta el 2015 eran masivas, el macrismo/radicalismo desguazó y hora se ponen nuevamente al alcance de la población, en el marco de la extraordinaria crisis económica que impone la pandemia a nivel global. Una vez más, el Polo Obrero (Partido Obrero) y sus aliados coyunturales de la organización autodenominada “Barrios de Pie”, vuelven a ser funcionales a los sectores más recalcitrantes de la derecha que dicen “enfrentar”.
Durante la gestión macrista/radical/lilito, Educación, Salud y Ciencia y Tecnología fueron tres de las áreas más castigadas. Por esos años se llevaron a cabo grandes luchas sindicales, con masivas marchas docentes, y hasta se instaló una carpa docente frente al Congreso de la Nación. En ese marco, sectores marginales de la política nacional que rara vez aportan a la defensa de las consignas que expresan, y se convierten de inmediato en funcionales de las sectores que dicen “enfrentar”, observaban desde lejos las grandes movilizaciones populares contra el macrismo/radicalismo. Esos mismos sectores, hoy atacaron el Ministerio de Educación de la Nación, para exigir lo que solo exigían a través de redes sociales y carteles pegados en las paredes al macrismo: computadoras y becas. Dos políticas que se aplicaron masivamente hasta el 2015, el macrismo/radicalismo desguazó, y ahora se ponen nuevamente en función, en un marco de extraordinaria crisis económica mundial, como el que impone la pandemia del coronavirus.
Una vez más el Polo Obrero (Partido Obrero), “Barrios de Pie” y aliados coyunturales de esas características, vuelven a ser funcionales a los sectores más recalcitrantes de la derecha que dicen “enfrentar” con sus acciones violentas contra un Gobierno popular.
Según las imágenes, la puerta del Ministerio fue forzada por los cientos de manifestantes que la abrieron fácilmente. Además, se pudieron ver pintadas en rojo sobre las paredes del antiguo edificio.
El funcionario nacional señaló que a partir del diálogo con los manifestantes lograron que estos abandonaran el lugar sin que la violencia creciera. “Pueden existir reclamos legítimos, pero de ningún modo avalamos el uso de la violencia o la ruptura del patrimonio de la sociedad, que en este caso es el ministerio”, agregó Trotta.
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